Alianzas alternativas

Camilo González Pacheco

La urgencia histórica de consolidar la paz en Colombia y avanzar en democracia integral, constituye uno de los grandes retos de las fuerzas alternativas, que buscan consolidar el Estado Social de Derecho y el ejercicio pleno de los derechos fundamentales consagrados en nuestra Constitución de 1991.
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La derecha guerrerista, ha conformado un bloque partidista y parlamentario que pretende desde hace ya varios años, - sin rubor constitucional alguno-  volver “trizas” los ejes esenciales de Democracia consagrados en nuestra Carta Magna. En especial, el artículo 22 que consagra la paz, como un derecho fundamental y como derecho colectivo, y ante todo, como un deber de obligatorio cumplimiento. Afortunadamente, hasta ahora, no han podido golpear este esencial “articulito”.

En búsqueda de dicho objetivo retrógrado, esa derecha ha conformado un bloque partidista y parlamentario, que incluye entre otros importantes temas, - a la par de desbaratar los Acuerdos de Paz ya existentes firmados con las Farc-,  el desconocimiento de la JEP y la limitación de funciones y autonomía  de la Corte Suprema de Justicia.

Pero, como reza el viejo refrán de nuestras sabias abuelas: “no hay mal que por bien no venga”. El planteamiento reaccionario de la derecha guerrerista, ha permitido que sectores democráticos y alternativos, que van mucho más allá de la izquierda nacional, logren avances en identidades conceptuales que ojalá se traduzcan en puntos de acuerdos conceptuales que animen e impulsen la unidad de las fuerzas alternativas a nivel nacional.   

Y este proceso unitario, de sectores alternativos que agrupan importantes movimientos políticos, movimientos  sociales y ciudadanos, supera de entrada en calidad y en cantidad, anteriores experiencias históricas en este propósito. Valga la pena resaltar que hasta ahora, hacen parte del Pacto: la Colombia Humana, la Unión Patriótica-Partido Comunista, el Polo Democrático Alternativo, Movimiento Alternativo Indígena y Social –Mais-, Partido del Trabajo de Colombia, Unidad Democrática y Todos Somos Colombia. 

O sea, como bien lo definió María José Pizarro: “un Movimiento de Movimientos”. Aspiran derrotar en primera vuelta a los candidatos del bloque del actual gobierno. David Racero, acertadamente registra que los sectores que convergen en el Pacto Histórico son mayoría social, pero no han conseguido ser mayoría electoral. Buen reto.

CAMILO GONZÁLEZ PACHECO

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