Relativismo cultural

Carlos Eduardo Lagos

Ortega y Gasset describe la cultura como un sistema de ideas vitales desde el cual el tiempo vive; afirmado en ese concepto es que el Profesor Carlos Alfonso Velázquez, precandidato a la presidencia de la República de Colombia por la Concordia Nacional, un grupo significativo de ciudadanos; quien fue uno de nuestros disertadores invitados al primer aniversario del programa Sapiens del centro de Pensamiento Libre, postuló que por ello en la cultura, no hay criterios objetivos del bien o del mal, sino más bien preferencias subjetivas, es decir se niega la capacidad del ser humano para conocer unos criterios universales del comportamiento correcto.
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Por ello señala que existen unas raíces comunes a los debates culturales actuales, las cuales se encuentran: en el positivismo jurídico, donde se considera a la ley como una medida del bien y del mal, donde no hay instancia superior a ella, ni tampoco anterior, produciéndose una exacerbación del discurso sobre los derechos humanos, soslayándose los deberes y los limites personales, surgiendo de estos conceptos una supuesta ¿autonomía personal absoluta?; de igual manera en el utilitarismo o consecuencialismo, según el cual el único criterio ético que tiene cabida es la mayor capacidad de felicidad y satisfacción individual posible, lo que se traduce en una especie de materialismo consumista y la ideología del progreso, que radica en la fe en el progreso con lo que pretende devolverle el control al ser humano sobre el mundo, donde la ciencia, la tecnología y la practica adquieren mayor importancia que la ética.

Ahora bien, en distintas sociedades los conceptos teóricos del bien y el mal han caído en el pragmatismo de sólo estimar lo que se ve, llegando incluso a considerar que lo que no se ve no existe; por ello existen distintas actitudes de conocimiento: En este punto se trata de contrastar los conflictos de los términos, entre  los reales y sus antagonismos, para encontrarse fácilmente con definiciones subjetivas, que se hacen pasar como normales; por lo que se puede considerar que la verdad “es lo que es”, mientras que lo contrario a ella es la mentira o la falsedad; siendo, por un lado, la mentira la mimetización de un hecho con intención de engañar, y la falsedad es querer pasar como verdadero algo que no coincide con la realidad.

Para que el pensamiento sea libre, este tiene que liberarse de su propia subjetividad, los seres humanos podemos ser esclavos de nuestra propia subjetividad, porque el relativismo, como se dijo, es reducirlo todo a opinión; por lo que se desecha la posibilidad de ir más allá para conocer más en lo intelectual en lo ético.

CARLOS LAGOS

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