Alvaro Uribe perdió el juicio moral político y social

Carlos Eduardo Lagos

El juicio social, el moral y el político son en realidad un racero, donde la sociedad juzga el comportamiento de sus líderes o de sus élites y sus respectivas posibilidades en los diferentes roles que desempeñan dentro de la colectividad; pero al realizarse estos juicios de valor, se eliminan sus presuntas potencialidades y se redescubre un veredicto que se incrusta en el inconsciente colectivo.
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El PhD Serge Laurent, desde  Lyon (Francia) fue enfático en afirmar que Álvaro Uribe Vélez, perdió el juicio con la sociedad, el juicio moral y, por supuesto, esto repercute necesariamente en el juicio político; esto porque, cuando se acude al estado de opinión por encima de las instituciones.

Ante esto la sociedad se va formando una idea de la persona y cuando se van acumulando una serie de informaciones, que ponen un velo de duda en torno a la transparencia de la persona; entonces es cuando la comunidad toma partido de ello y empieza a sacar conclusiones.

Ahora, se observa que en este caso el debate jurídico desde hace algún tiempo se ha convertido en una guerra, que se libra a través de los estrados judiciales; lo que se conoce como el “Low Fare. Esto genera entre los ciudadanos un desencanto de la justicia y de los procesados, lo que sumado a la propia dinámica de los procesos, se convierte en una herramienta muy peligrosa para la democracia y para la propia integridad de quienes la utilizan con estos propósitos.

Lo paradójico es que en este caso, la estrategia no le ha salido bien a Álvaro Uribe; pues resulta que la sociedad ha tenido la oportunidad de comparar y contrarrestar lo que viene sucediendo frente a casos similares, donde muchos de sus subalternos se han “auto inmolado” en favor de él; entonces se empieza a conocerlo y hacerse una idea y lo que en un principio se pretendía al sacar el juicio a la calle, a través de jugar con las emociones de la gente, se le ha vuelto en contra en la medida que vienen apareciendo las pruebas, se escuchan los alegatos de los abogados de las víctimas, se observa con estupor la intención vedada de la Fiscalía y la Procuraduría para archivar a como dé lugar el proceso sin respetar los estándares probatorios; sumado a los análisis de los expertos que indican que algo huele mal.

Lo paradójico de esto es que el juicio legal aún no se ha perdido, y Uribe ya perdió juicio de la sociedad; entonces utilizar el estado de opinión para desinstitucionalizar al país no siempre trae buenos dividendos, “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”.



 

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Carlos Eduardo Lagos

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