Del lado positivo

Carmen Inés Cruz Betancourt

El cúmulo de noticias negativas y truculentas que llegan por diversos medios no solo genera desesperanza y hastío, sino que parece habituar a la gente a centrar su atención en este tipo de hechos, mientras aquellas noticias positivas se minimizan o pasan por alto, al punto que hay quienes se preguntan; ¿Hay algo positivo que se pueda mencionar? Y, por supuesto, también suceden cosas buenas que se deben destacar. 
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Es cierto que son múltiples las tribulaciones que nos agobian, resultantes de la grave problemática socio-económica y política acumulada por décadas, a la cual se suma la campaña electoral que avanza y que, como las anteriores, centra su esfuerzo en la denuncia de las graves fallas de unos mientras exageran las bondades de otros candidatos y sus grupos, y de ese modo logran confundir y crispar el ambiente, ya colmado de angustia y temor,  prevención y desconfianza. 

En ese contexto, es entonces pertinente reseñar algunos hechos gratos que también suceden en esta tierra y aportan al bienestar y la convivencia; posiblemente no tantos ni de la magnitud e impacto que quisiéremos pero que ameritan mención especial. 

En primer lugar me refiero al “Festival Nacional de Música Mangostino de Oro” que tendrá lugar en Mariquita del 18 al 20 de agosto. Es la versión 28 de este evento organizado por la Fundación Cultural CORARTE presidida por su fundador Bladimiro Molina Vergel, que cuenta con el apoyo de un pequeño grupo de voluntarios y se financia con aportes de entidades públicas y privadas, tarea que como es conocido, implica un enorme esfuerzo de gestión y persistencia. El Festival cumple la importante labor de rescatar, divulgar y renovar la música andina colombiana y el trabajo de tríos y duetos, que llegan de todo el país a presentar y competir con sus propuestas. De modo especial destaco el concierto de lanzamiento realizado en el Teatro Tolima de Ibagué el pasado 14 de julio que nos deleitó con las intervenciones de los ganadores en el Festival 2022; así mismo la intervención de la Orquesta de Cámara de UniMinuto y también la de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Ibagué, dirigida por el Maestro Florentino Camacho y conformada por un gran número de niños y niñas, que nos asombraron con su presentación.

En segundo lugar destaco el “Ibagué Festival” que se realizará en Ibagué del 7 al 10 de septiembre que, con el lema “La Música que Somos” abre el espacio a múltiples expresiones musicales y en esta ocasión plantean “Unidos con la gran llanura”. Es la tercera versión del Festival organizado por la Fundación Salvi, con Julia Salvi a la cabeza, acompañada por el Maestro Alejandro Mantilla y Mateo Vegalara, en alianza con el Conservatorio del Tolima. 

El Festival ofrece conciertos en diversos escenarios de la ciudad y en el entorno próximo; también, clases magistrales, conversatorios, talleres de producción, un programa de becarios y otro de formación de audiencias. Se agrega el  papel protagónico de la Fundación en la creación y avance del programa en Luthería que ejecuta con éxito el Conservatorio del Tolima y que por su singular importancia requiere una reseña amplia. 

Estos eventos, y otros que se realizan, aportan de modo importante al compromiso de validar el calificativo de “musical” que se le reconoce a nuestro querido terruño y su éxito es resultado de la persistencia de ciudadanos que merecen aplauso y gratitud. Y, por supuesto, mucho más podrían hacer contando con mayor apoyo del Estado, del empresariado y de la sociedad civil en su conjunto, convocados a acompañar y participar activamente. 

Otras realizaciones destacadas ameritan mención y trataré de hacerlo posteriormente.   

 

CARMEN INÉS CRUZ

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