“La vieja esa” y muchas otras viejas

Columnista Invitado

Como siempre el Gobierno nacional con el “ comentarista de TV “ a la cabeza, sigue despistado y la Martuchis poco o nada ayuda. Pese a que me encuentro ideológicamente alejada de la senadora Avella, hay que reconocer que es una trabajadora dedicada, incansable, presenta proyectos (52), es ponente (10) y llama a control político (24), a diferencia de esos congresistas, estilo el cantante Char, que tienen cientos de incapacidades y ausencias en una legislatura.
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Si bien es cierto que el término” vieja”, se usa mucho para referirse a las mujeres, incluso con afecto, la connotación del presidente es muy despectiva y él como cabeza visible del gobierno no puede permitirse esas salidas en falso, por no mencionar otras, ese mismo día, en la instalación del Congreso el pasado 20 de julio, como el saludito a Uribe y el olvido de instalar oficialmente la legislatura.

Como no se refería a mí , quiero decir que soy parte de las muchas otras viejas, que hoy la están pasando mal, unas por falta de trabajo, otras por el maltrato intrafamiliar, otras por cuenta del machismo, otras por ser de la tercera edad, solas y enfermas y la gran mayoría por el aumento del trabajo, ese que no es remunerado: hacer milagros con menos plata, cocinar, limpiar, desinfectar, cuidar a los hijos, volverse recreacionista, algunas además con teletrabajo (muy abusivo muchos jefes no se han enterado que no se puede llamar a un subalterno en cualquier momento o que no tienen que tener disponibilidad 24 horas) y como si esto fuera poco también hay que ser maestras, así es fácil la educación virtual que plantea improvisadamente la ministra de educación, con profesora titular (que nunca fue preparado para educar en forma no presencial) y una auxiliar en casa para cada niño. Las mujeres están totalmente colapsadas .

En estos días de pandemia, las brechas entre hombres y mujeres se agrandan por el incremento de su vulnerabilidad en tiempos de crisis; el desempleo entre mujeres se disparó, es casi el doble que los hombres (ver cifras Dane), pero también es muy preocupante la violencia intrafamiliar con las mujeres como víctimas; el incremento de las llamadas al 155 para reportar casos de violencia se ha aumentado en estos tiempos de pandemia en un 170% según la Consejería presidencial para la equidad de la mujer; el confinamiento es el escenario perfecto, a la medida, para los hombres machistas, violentos, controladores o borrachos. Un día previo a una cuarentena estricta en cualquier lugar, se puede ver a los señores aprovisionándose de cerveza para “aguantar el aislamiento “ y a las mujeres de alimentos, alcohol, hipoclorito o gel antibacterial.

En esta sociedad patriarcal en que vivimos, siempre debemos enfrentar retos laborales, sociales, económicos y hasta políticos y hoy hay que enfrentar el desempleo, la carga laboral no remunerada y la violencia; esta pandemia nos tiene que servir para renacer como mujeres más fuertes y decididas.

 

CECILIA CORREA

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