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Elegidos hace un año para los próximos tres, gobernadores y alcaldes sienten que 2020 no contó para sus administraciones, salvo en las cuarentenas y toques de queda, lo sanitario de urgencia, el número de UCIs y de ventiladores. Sus periodos de gobierno han sido severamente afectados por la Covid. Los recaudos iban muy mal a septiembre de este año y se recuperarán solo al fin de 2021. Las nóminas se han reducido y los contratos de obras y de prestación de servicios están paralizados. Los planes de gobierno no han podido arrancar y la planeación, que es para cuatro años, no ha podido cuadrarse, ni lo hará, antes de la recuperación de los ingresos. En plata blanca, los aparatos departamentales y municipales están en serios aprietos. Sobra decir que la recuperación económica nacional no podrá lograrse plenamente sino cuando estemos vacunados en el porcentaje necesario para la inmunidad colectiva, y cuando los departamentos y municipios estén funcionando a plenitud. No sé qué efectos podrá tener sobre la calidad de las administraciones, el hecho de que en principio solo tendrán dos años de verdadero gobierno, 2022 y 2023, quienes están haciendo o fortaleciendo una carrera política fincada en el éxito de sus liderazgos locales, léase Bogotá, Medellín, Cali, Atlántico, Santander, Cundinamarca, Boyacá y muchos más, algunos incluso con aprecio de sus gobernados. Esperemos que no tuerzan por lo populista para recuperar ese año y pico perdido.
Más allá del final de cada cual, creo urgente revisar el estado de las instituciones locales para darles un nuevo impulso fiscal y de planeación. Los proyectos con regalías no deben demorar; la financiación de los estudios para hacer proyectos debe aceitarse eficazmente; las herramientas, como el crédito para promover el emprendimiento, y la capacitación de nuevo cuño, deben aparecer rápidamente desde el presupuesto general. El impulso al turismo debe darse desde las regiones, no solo desde el centro, pero con recursos del centro; la capacidad de gastar de las Cámaras de Comercio debe ampliarse para apoyar a los entes locales, al igual que la de las Cajas de Compensación.
No dejemos en el camino a alcaldías y gobernaciones. El camino lo hemos podido andar por ellas. ¡Feliz año nuevo!
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