Realidad de las mujeres en una sociedad micromachista

Columnista Invitado

Según la ONU Mujeres, en el mundo “una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por parte de un compañero sentimental”; “3 de cada 4 mujeres y niñas identificadas en el mundo como víctimas de la trata son utilizadas para la explotación sexual”; “al menos 200 millones de mujeres y niñas se han visto sometidas en la actualidad a la mutilación genital y femenina”.
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Lo anterior, pese a que nos encontramos en el glorioso 2021, donde aflora entre comillas la protección de los derechos a la mujer, pero la crisis de la Covid-19 nos ha puesto en una situación de vulnerabilidad en muchos campos.

Sin embargo, en nuestro país un sin número de mujeres a diario (y sin mediar razón), deben soportar porque sí, porque “tocó” o simplemente para no parecer exageradas, distintos tratos, recibir expresiones que causan incomodidad y generan desigualdad, nos demuestran que por el hecho de ser mujeres desafortunadamente ellos sienten que pueden pasar por encima nuestro, sin que esto se registre en las cifras.

No tendré que citar casos puntuales, pero tu que estás en la política sabes que miles de veces debes callar para evitar problemas mayores y restarles importancia a esos comentarios sexistas que te incomodan y que por supuesto, son violencia, aunque no se cuenta en las cifras, ni se denuncien.

Y ni hablar de ti, que trabajas en esa empresa donde no quieren darte una posición privilegiada porque eres madre soltera de tres pequeños que te hacen feliz, pero ante la comunidad te limitan, porque así han querido hacerlo parecer, aunque sabemos, que no es cierto, que como mujeres, podemos con todo, claro, al igual que ellos como seres humanos. O de ti, que tu jefe te toca de manera inapropiada el brazo, la cola y hasta la cara y tu no dices nada para no perder tu empleo. O de ti, que en tu universidad tuviste que callar para no perder la materia y no meterte en líos que generan un “gasto de tiempo innecesario” en contra de ese docente que sin necesidad tuvo que proponerte cosas que no quieres hacer.

Y así, podría colocar ejemplos en el deporte, la academia, nuestro círculo de amigos y nuestro propio hogar, donde sin ninguna razón, permanentemente e incluso sin que se den cuenta nos están intentando disminuir, porque sí, porque así les enseñaron y así es la vida y nuestra cultura.

Tal como lo afirmaría Simone de Beauvoir, estamos frente a construcciones culturales que han sido transmitidas de generación en generación, sin darnos cuenta, en casa, son las niñas o mujeres las que deben hacer el aseo, lavar la loza, recoger los platos, entre otras que sé, ustedes estarán pensando, simplemente porque así es la costumbre.

Quedan rezagos de las prácticas machistas, sigue existiendo sometimiento de la mujer por asuntos económicos, desvinculación laboral por tener y criar a sus hijos, desconocimiento de la mujer en las decisiones trascendentales en distintas áreas, e incluso, menor participación de la mujer en asuntos importantes de la ciudad, del departamento, del país.

Por eso, más que celebrarnos, respétennos, reconozcan, cumplan y hagan cumplir nuestros derechos como mujeres, que no son menos importantes que los de los hombres, porque finalmente, aunque confluyen tanto hombres como mujeres en la comunidad, la declaración de derechos es total y la inequidad y las diferencias las creamos nosotros mismos.

Feliz día a todas aquellas que día a día se construyen a sí mismas, crecen y se definen como seres humanos libres, autónomos e independientes, quienes sin importar las circunstancias cumplen metas, proyectos, planes y son tan responsables de su vida y de sus decisiones como dueñas de la misma.

FELIZ DÍA MUJER.

MARÍA DEL MAR MEJÍA ROJAS

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