Contrato incumplido

Columnista Invitado

El contrato, convención o pacto es un acuerdo de voluntades donde las partes se obligan a dar, hacer o no hacer una cosa. Esta explicación, básica pero clara, es el ejemplo perfecto para hacer una pequeña analogía sobre la relación que tenemos todos los ciudadanos de Colombia con el presidente del país
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El contrato es el Plan Nacional de Desarrollo, en tanto fue el Plan de Gobierno de su campaña, también conocido como Acuerdo Programático, y con el que fue elegido por la mitad más uno de los colombianos. 

La elección de Gustavo Petro realmente representa la elección de su Programa de Gobierno, elección que configura el acuerdo y/o contrato entre los ciudadanos y el Estado a través de su presidente, y que hoy se denomina “Colombia potencia mundial de la vida”. 

Al igual que el contrato, el PND tiene unas obligaciones que se derivan de los objetivos de su gobierno: ordenamiento del territorio alrededor del agua y justicia ambiental, seguridad humana y justicia social, derecho humano a la alimentación, transformación productiva, internacionalización y acción climática, convergencia regional y paz total integral. 

Al revisar el PND encontramos al fortalecimiento institucional como motor de cambio para recuperar la confianza de la ciudadanía y fortalecer su vínculo con el Estado a través de una política de diálogo permanente que dé continuidad a los Diálogos Regionales Vinculantes, pero la realidad es otra.

A la fecha el Presidente no ha cumplido con dicha obligación; su constante ausencia en los eventos que se programan a nivel nacional destruye la confianza de los ciudadanos en las instituciones y constituye una clara violación a los derechos de quienes  acuden a estos lugares. 

No obstante esta situación no se presenta en visitas fuera del país. El Presidente Petro lleva 21 viajes al exterior y faltarían 6 viajes más, para un total de 27 salidas del país oficiales en un año.

La conclusión lógica es que su ausencia en los territorios colombianos no es por temas personales o la supuesta enfermedad que tiene. La verdadera razón es simplemente que no le interesa el pueblo que lo eligió. 

Por ahora ese contrato sigue en incumplimiento permanente. ¿Será que es el momento de pensar en una reforma constitucional que incluya la revocatoria del mandato del presidente? 

SERGIO ARENAS

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