La pasión importa más que la razón

Columnista Invitado

El pulso presentado entre la Alcaldía de Ibagué, representado en el ente gestor de la operación del transporte público, y los  actores del sector (empresas, propietarios y conductores) se convirtió en una medición de fuerzas donde solo importa argumentar la posición y no buscar un acuerdo de solución.
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Este proyecto, que empezó desde el primer gobierno del presidente Álvaro Uribe cuando trató que Ibagué fuera el piloto en la implementación de los sistemas de transporte masivos a nivel nacional y en su momento no se permitió porque supuestamente iba acabar con los transportadores locales, se fue aplazando con el tiempo, hasta que años después el alcalde de turno, Guillermo Alfonso Jaramillo, se parara en la raya y avanzara de forma decidida, estructurando un proyecto que finalmente fue aprobada por el gobierno del presidente Iván Duque y el cual quedó listo para que el alcalde Andrés Hurtado ejecutara. 

Con la aprobación comienza toda esta novela que hoy tiene afectados a los cerca de 180 mil pasajeros que se movilizan diariamente en el transporte de Ibagué. La última discusión está en la adjudicación del sistema de recaudo, sobre la cual hay posiciones muy distantes de las partes, a pesar del esfuerzo del Ministerio Público y los gremios económicos en buscar concensos; por ello, el clamor de los ciudadanos para que los saquen de esta discusión, reestrableciendo el servicio, y solicitando que las diferencias las resuelvan por la vía de la justicia.

Acá lo que sí es claro es que se debe identificar un responsable, ya sea el Alcalde, en caso de que la Administración municipal y sus funcionarios actuaron mal, o los gerentes de las empresas, si no cumplieron el proceso adecuadamente por estar mal asesorados. Pero lo que no da espera es que se ponga fin a esto, actuando con la razón y dejando de lado pasión, pues se están llevando por delante a la ciudadanía que necesita movilizarse para estudiar, trabajar, ir al médico, etc., y a los empresarios que están viendo vacíos sus negocios, porque la gente no tiene cómo llegar.

A lo anterior sumemos la confusión en la que está cayendo la gente debido al mal manejo de la información que circula en redes sociales y otros medios generada por quienes están en la contienda política.  Además, a esta novela le faltan muchos capítulos porque en el desarrollo del proyecto viene la definición de la reposición de los vehículos, la asignación de patio talleres, proveedores, la implementación de la red semafórica, la formalización de conductores, entre muchos otros temas que van a seguir llevando a discusiones y que, si no se les ponen orden desde ya y una metodología clara y transparente para la toma de decisiones, vamos a vivir los próximos años de paro en paro, con las consecuencias que esto trae.

 

Eva

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