Cuando se valorizan los apartamentos

Columnista Invitado

Efectivamente uno de los aspectos fundamentales para determinar el valor de un inmueble es el metraje, la ubicación y las condiciones en que se encuentra el mismo.
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Pero cuando pertenecen a una propiedad horizontal es muy importante el estado en que se encuentran los bienes comunes, que constituyen gran parte del inmueble. En un apartamento lo único privado son las losas y divisiones ubicadas en sus partes internas, así como los muebles por adhesión, lo demás son bienes comunes.

De ahí la importancia que tengan no solo un buen mantenimiento, sino una excelente reposición cuando sean necesario, ya que eso determina que el inmueble sea apetecido para la compra y para el arriendo. Es un error de los propietarios en propiedad horizontal tacañear el valor real de mantenimiento en los presupuestos anuales, aduciendo que si se sube la cuota de administración se hace difícil su venta y arriendo. Esta posición, aunque puede ser cierta dentro de un análisis muy superficial, desconoce que a mediano y largo plazo, un inmueble que se deteriora por falta de mantenimiento no se arrienda, no se vende y se desvaloriza; exigiendo con posterioridad unas inversiones mucho mayores.

Además, si lo miramos como inversión, el mantenimiento de las áreas comunes termina cancelándolas el arrendatario, pues es éste quien con su disfrute genera el desgaste a ser atendido; pero el mayor valor en que se puede vender el inmueble por una copropiedad bien conservada es para el propietario. Los sistemas de construcción requieren mantenimiento y es obligatorio para quienes hacen parte de esta comunidad especializada cubrir los gastos necesarios para el mantenimiento, reparación, reposición, reconstrucción y vigilancia de los bienes comunes.

En propiedad horizontal el derecho constitucional a la propiedad tiene mucha vigencia, por lo que también obliga que el interés colectivo predomine sobre el individual. Es por esto que el nombramiento y gestión de los órganos de administración, siempre debe tener como prioridad la conservación de los derechos que corresponden a la colectividad, pues en algunos casos puede solo sacrificar el valor de su inversión, pero en el peor de los escenarios, puede causar perjuicios a bienes privados o incluso a personas por el avanzado deterioro en bienes comunes.

Así que la mejor forma de valorizar nuestros inmuebles y además evitar posibles afectaciones a terceros que nos lleven a demandas e indemnizaciones, es aprobar presupuestos ajustados a las verdaderas necesidades de la copropiedad.

RAMIRO SERRANO

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