Personas, no delitos

Columnista Invitado

Aunque pareciera obvio, los abogados penalistas no nos dedicamos a defender conductas delictivas, sino a personas que están inmersas en procesos de tipo sancionatorio.
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En un país tan conflictivo, es común que cualquier ciudadano tenga que dar explicaciones ante las autoridades. Por ejemplo, sólo durante el año 2022, se radicaron ante la Fiscalía General, 1.645.954 nuevas denuncias de tipo penal. A manera de comparación, en México, un país con un poco más de 126 millones de habitantes, el número de nuevas denuncias es 50 % inferior. 

Infortunadamente, muchos ciudadanos y funcionarios judiciales confunden el rol del defensor con el del cómplice, como si el acusado no tuviera derecho a una defensa sólida y con carácter. No pocas veces el abogado termina siendo asociado con la actuación de su cliente, cuando realmente la relación es estrictamente profesional. Claro, hay de todo y es innegable que muchos colegas se desvían en el camino, infringiendo no sólo la ética sino la ley. 

Ahora bien, el que muchos abogados incumplan con sus deberes profesionales no habilita a los funcionarios judiciales a hacer todo cuanto les parezca, llegando incluso a transgredir los más elementales derechos fundamentales. El fin no justifica los medios, aunque para la Sala de Juzgamiento de la Corte Suprema de Justicia, esta premisa pareciera no aplicar. Recientemente, ordenó a un médico particular revelar información confidencial de un abogado que justificó su inasistencia a una audiencia por haber sido incapacitado. Incluso, dispuso que el profesional del derecho debía ser examinado por el Instituto Nacional de Medicina Legal.

Y como si lo anterior no fuera suficiente, similar decisión tomó una juez en la ciudad de Bogotá, que ordenó lo mismo respecto a una abogada que representa a un ciudadano procesado en un caso de connotación nacional. Claramente la señora juez echó mano del nefasto precedente que fijó la Corte Suprema, abriendo así un boquete enorme en materia de respeto del derecho de defensa.

Por supuesto que si algún abogado miente para dilatar una actuación, debe ser investigado y sancionado. Pero de ahí a creer que “todo vale” para “descubrirlo”, hay una brecha enorme. Para eso están las Comisiones de Disciplina; o sea, “zapatero a tus zapatos”.

 

 

Abogado Penalista - @Rodriparada

RODRIGO J. PARADA

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