Ibagué, ciudad capital de eventos

Columnista Invitado

Excelente que Ibagué sea sede de grandes eventos como el pasado mundial de patinaje artístico, ello obliga a que la ciudad se prepare en forma integral para desarrollar los mismos.
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No se puede seguir creyendo que por tener el escenario indicado ya se tiene todo y declarar entonces que es la capital de los grandes acontecimientos. Olvidamos que los participantes, acompañantes y turistas vienen deseosos de conocer la ciudad y su idiosincrasia, ello exige que además de tener la logística puntual del evento, se debe trabajar la ciudad como un todo. 

Se conocen de esfuerzos de algunos sectores y empresarios por hacer de Ibagué una ciudad agradable, que sea de destino y no de paso, lamentablemente no logran su objetivo, dado que son acciones aisladas que no responden a una política integral del gobierno local. Basta revisar lo que se vio en el pasado evento internacional, donde la descoordinación entre las diferentes entidades fue una constante, a tal punto, que los ibaguereños conocieron del evento cuando ya se estaba realizando. Algunos amigos que viajaron a Ibagué nos dieron a conocer la impresión que se llevaron a sus países. 

La ciudad como tal les agradó, en especial su gente, lo que no comprendieron es que siendo una capital de departamento relativamente pequeña desplazarse en ella sea un caos, los trancones son una constante, la indisciplina vial de algunos conductores, tanto de vehículos particulares como públicos al igual que motocicletas es impresionante. La ciudad carece de agentes de tránsito que coadyuven a agilizar el tráfico; señalaron igualmente que algunos semáforos no funcionaban. Como hecho curioso observaron a ciudadanos del común colaborando a agilizar el tráfico en determinados sitios de la ciudad. 

Se les hizo difícil creer que Ibagué no cuente con una guía o folleto que le permita al visitante orientarse por sí solo y conocer los sitios relevantes de la ciudad. Solo los participantes contaban con alguna documentación que les entregó los organizadores del evento. En algunos lugares que conocieron fueron atendidos por personas que no tenían la capacitación adecuada para hacer de la visita algo agradable, algunos lugares los encontraron cerrados el fin de semana que estuvieron en la ciudad. 

Otros fueron víctimas del mal servicio al cliente, tema que es recurrente en la ciudad, aún se cree que el cliente está obligado a comprar un producto o servicio porque si, se sigue desconociendo que hoy el cliente tiene la opción de seleccionar a quien le compra, a donde ir, donde estar. No se ha apropiado aquel adagio que dice que “no hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión”. Llegaron a la conclusión que no nos interesa el usuario o cliente, es decir, se carece de estrategias conducentes a satisfacer y fidelizar al visitante.

Quedaron impresionados de la inseguridad que se vive en la vía publica donde en menos de lo que se cree, los amigos de lo ajeno hacen la fiesta, sin reacción alguna de quienes con indiferencia observan la situación crítica, es decir, no existe solidaridad de los transeúntes y mucho menos agentes del Estado que actúen oportunamente en favor de la víctima. Igualmente, no entendieron que un evento de tal magnitud no fuera acogido por los ibaguereños dado el poco público en las graderías, especialmente en los primeros días. 

Lo observado por los visitantes es un llamado para quienes gobiernan la ciudad de lo cual se concluye la necesidad inminente de construir un programa integral de ciudad, seguro que ello contribuirá al incremento de visitantes y por ende a mejorar la economía local. Esperemos que el nuevo alcalde logre visionalizar la Villa de San Bonifacio destino, y a partir de ello logre planear, ejecutar y evaluar en forma cooperada un programa que permita desarrollar diferentes eventos con la seguridad que los visitantes se lleven una positiva imagen, la recomienden como destino y lo más importante quieran regresar.

 

FÉLIX RAMÓN TRIANA GAITÁN

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