¡Alerta! Reforma por la derecha

Columnista Invitado

El próximo martes tendrá lugar la junta en la que el Gobierno se tomará la presidencia de la nueva EPS, tras un proceso turbio denunciado en los últimos meses.
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El designado por el petrismo para liderar esta empresa crucial para la salud de casi 11 millones de colombianos es el controvertido Aldo Cadena, alto dirigente sindicalista, quien previamente ocupó el cargo de secretario de salud de Petro y fue presidente de la junta de Capital Salud.

Hago referencia al proceso turbio debido a la presión ejercida por el Gobierno sobre las cajas de compensación, socias de la nueva EPS, para asegurar votos.

La Superintendencia de Subsidio Familiar encabeza la campaña en contra de las cajas, realizando intervenciones y tomas de control a nivel nacional. La acción más polémica fue la intervención de Comfenalco Antioquia, la sexta caja más grande del país. A pesar de su robusta situación financiera, se consideró necesaria para facilitar la toma que llevará a cabo el gobierno de Petro el próximo martes, dada la condición de accionista de Comfenalco Antioquia.

Este manejo coercitivo logró que las cajas cedieran. La situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de las mismas ante este tipo de acciones.

Además, persiste la incógnita sobre por qué Cadena participaba activamente en el Congreso, actuando como si fuera dueño del Ministerio de Salud durante la reforma de la salud, sin ocupar cargo alguno, oficialmente. Se evidenció su participación en la aprobación de proposiciones presentadas por los congresistas, generando dudas sobre su papel y motivación.

La polémica se agrava al conocerse que Cadena también ejercía influencia en la Contraloría; su hermano, designado como delegado para temas de salud, llevó a cabo numerosas auditorías a la entidad. Todas estas acciones, como parte de la presión para obtener el control de la Nueva EPS.

El nombramiento ha suscitado críticas de todos los sectores debido a su polémico paso por el sector salud durante la alcaldía de Petro.

Dejaron la salud pública de Bogotá en una situación crítica al abandonar la alcaldía, con un déficit global de $600 mil millones, casi llevándola a la quiebra. Catorce de los veintidós hospitales públicos estaban en riesgo financiero, ya que la cartera pasó de $600 mil millones en 2012 a $1.1 billones en 2016. Capital Salud, con una deuda de $420 mil millones, fue sometida a vigilancia especial por la Supersalud en octubre de 2015 y aún se mantiene bajo medida preventiva.

Esta situación genera preocupaciones sobre la transparencia y eficacia en la administración de recursos, señalando a Aldo Cadena como el principal responsable de esta debacle, primero como secretario y luego como presidente de la junta de la EPS.

Uno de los aspectos más críticos fue el desmesurado aumento de la burocracia, con la contratación de más de 800 personas, muchas de las cuales no cumplían con los perfiles requeridos y no eran necesarias para la prestación de servicios de salud.

Es alarmante considerar que la Nueva EPS pueda enfrentar el mismo riesgo o destino que Capital Salud, poniendo en peligro la vida de los colombianos debido a una debacle en el sector.

Los resultados de la Nueva EPS son notables, reconociendo sus deficiencias y las mejoras que debe implementar. En 2008, la EPS contaba con 2,100,000 afiliados; hoy, con 10,900,000, representando a uno de cada 5 colombianos. Ocupa el octavo lugar por ingresos en Colombia, con un sólido 21% de participación del mercado, superando a entidades como Sanitas, que tiene el 11%. La presencia única de Nueva EPS en 1,121 municipios del país, más del doble de la competencia, destaca su alcance. En el año 2023, brindó un total de 269 millones de atenciones a sus afiliados.

Lo cierto es que, con estas acciones, el gobierno está llevando a cabo, por derecha, la reforma a la salud que está en discusión en el Congreso y que está en vilo por los cuestionamientos sobre su conveniencia.

¿Permitiremos que el martes se realice este nombramiento? ¿Dejaremos que el país retorne a ese seguro social que lleva consigo la sombra de la ineficiencia y el deterioro? ¿Consentiremos que la burocracia invada una entidad que ha mantenido su integridad, libre de prácticas corruptas, contratando a profesionales capacitados y técnicos para cada tarea?


 

Cristina Plazas Michelsen

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