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Llevar el arancel al máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio, OMC, poniendo una barrera para quienes comercializan prendas importadas, por supuesto que los afectó, pero más que para ellos el golpe fue para los consumidores finales que se le encareció, en la proporción del aumento, el valor de las prendas en uno de los momentos más críticos de la inflación, además nos retrocedió a la época de la venta de ropa en casas sin ningún tipo de aporte a la tribulación y lo que es peor fortaleció el contrabando que creció al 30%.
Pero lo más triste de todo, es que estas consecuencias fueron advertidas por diversos gremios económicos como Fenalco y Analdex, quienes manifestaban que más que medidas proteccionistas, se requería innovación, desarrollo e incentivos a la producción, que ha sido una de las conclusiones de Colombiatex.
Para poner un poco en cifras, el impacto, luego de lanzar este decreto, comparando el primer trimestre del 2022, la cifra de importación de productos textiles confeccionados fue de US$35.689 millones, mientras que en el mismo periodo de 2023 correspondió a US$24.653 millones, una baja notoria de cerca del 20%.
Hoy los líderes de la industria, muestran su preocupación por un estimado de crecimiento del contrabando al 30% y son consientes que a medida que suben los aranceles y se crean más barreras proteccionistas a una industria, se vuelven menos competitivos, además la informalidad en la industria textil llegó a niveles del 60%, cuando se estaba sobre el 40%.
Sobre este contexto es importante que este sector vuelva a levantar la mano al Gobierno Nacional, para que los apoyen en ser mucho mas productivos y competitivos, en un mercado totalmente globalizado, antes de seguir pensando en medidas proteccionistas.
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