¿Y dónde estamos los adultos?

La problemática social que vive el mundo contemporáneo, estaría relacionada con una profunda crisis de valores que compromete a los adultos,

 y sobre todo a los adolescentes, la sociedad está enfrentada a inmensos cambios sociales y culturales, estos están sucediendo con una velocidad vertiginosa, los niños, niñas y adolescentes (N.N.A) de hoy, no se pueden comparar con lo de ayer, dejando en el ambiente una preocupación colectiva. ¿Y dónde estamos los adultos?

Pareciera entonces que los adultos se privaron de la autoridad tradicional que se tenía de acuerdo con los roles que ejercían en la sociedad; los padres y madres, no actúan o sencillamente los hijos no les permiten hacerlo, destacando que autoridad no significa maltrato, contrario a ello, si está relacionado con la obligación de orientarlos y protegerlos; los maestros, profesores o docentes, vienen siendo limitados e intimidados por el actuar moderno de los N.N.A. Aquí conviene detenerse un momento a fin de recalcarles la responsabilidad en los actos que estos ejecuten al interior y cerca a planteles educativos, preocupante entonces que se presenten acciones de protesta liderados, desarrollados y protagonizados  por alumnos, donde se ha convertido en una práctica usual la obstaculización vial en algunos sectores de la ciudad, siendo este un delito por el cual podrían verse inmersos en investigaciones judiciales y es ahí donde se requiere el actuar de un adulto con capacidad de guiar a los NNA en acciones valiosas para la sociedad.


Un ejemplo de ausencia de la acción de los adultos, está vista en la relacionado con el consumo de sustancias adictivas desde temprana edad por parte de N.N.A, esta, se ha convertido en una alerta de seguridad, toda vez que el fenómeno sería el iniciador de algunas coyunturas que afectan la convivencia ciudadana, siendo un motivo de reflexión, la responsabilidad de algunos de sus  progenitores, quienes se convierten en adultos temerosos y vacilantes, que no sienten o creen en su propia autoridad, infiriendo que éstos, no se logran convencer de su responsabilidad y su autoridad. Así mismo, son más los N.N.A que inician el consumo de bebidas embriagantes y/o estupefacientes, algunos inducidos por otros que llevan un tiempo en esta actividad y donde al inicio del año escolar, se deben fortalecer las actividades preventivas, destacando que el primer anillo de prevención es el hogar, su entorno familiar, donde se pueden detectar síntomas para contrarrestarlos oportunamente.


Entre tanto, la Policía Metropolitana de Ibagué, continuará realizando operativos para desmantelar y erradicar centros de microtráfico, dejando claro que el punto de venta, hace referencia al lugar de uso público, abierto al público o privado en el que se realiza la transacción comercial de pequeñas cantidades de estupefacientes al menudeo entre el vendedor (actor ilegal) y el comprador, generalmente el consumidor, denominado como “ollas”; contrario al lugar donde se realiza de forma independiente el consumo del producto adquirido, siendo algunos espacios que trascienden a lo público, mal denominado o señalado como  expendio, conllevando a que personas que desconocen del tema, estigmaticen nuestra ciudad como una población de consumo, destacando que existen otras zonas del país, con una coyuntura mayor, pero a través de un trabajo mancomunado con la comunidad se aportan soluciones para contrarrestar el fenómeno, evitando afectar la imagen de una región, próspera y emprendedora como Ibagué. DIOS Y PATRIA.



Credito
CORONEL FERNANDO MURILLO ORREGO (*)

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