Para algunos, el momento más significativo en su proceso de formación es regresar a clases, retomar el camino del conocimiento, reencontrarse con sus compañeros de estudio y los docentes. Para todos ellos, un especial saludo de bienvenida y éxitos en sus actividades escolares que dieron inicio a principios de febrero. Por otra parte, están aquellos que optaron por cambiar de actividad o en su defecto no tener alguna ocupación relacionada con aprender y mejorar sus competencias muy seguramente tendrán justificación, pero lo que sí es importante es que los niños, niñas y adolescentes, así como los jóvenes, aprovechen al 100% el tiempo de aprendizaje para alcanzar su propósito de avanzar en sus capacidades profesionales y personales.
Si bien es cierto el paso por la escuela, colegio y universidad es un periodo temporal del individuo, sí es necesario que se haga con la mayor disciplina, toda vez que la asistencia y la forma como logren sortear los diferentes escenarios es su vida doctrinal, permitirá consolidar bases sólidas para su futuro, lo que se verá reflejado no solo en las profesiones elegidas, sino para ser mejor ciudadano.
Ahora bien, disfrutar sanamente de las jornadas escolares y obviamente de los momentos de descanso requiere de algunas herramientas: primero, la educación transmitida objetivamente y con amor desde el hogar por padres y/o adultos encargados de su cuidado; segundo, el dinamismo, el carisma y el perfil profesional de los educadores, quienes tienen gran responsabilidad en el proceso de formación, por ello, éstos deben mantener en constante retroalimentación en pro de generar acciones diferenciales e innovadoras que aporten en la educación de las personas, un afectuoso saludo a cada uno de éstos formadores de hombres y mujeres que de generación en generación continúan esta ardua labor; tercero, las creencias, los valores, la conciencia del bien y del mal, el respeto por la ley y su capacidad de decidir, máxime que toda acción tiene una reacción positiva y/o negativa que puede cambiar el curso de su vida en un momento.
Por otra parte y con sano criterio, se puede afirmar que uno de los objetivos de cada persona al pasar por un centro educativo es aumentar sus conocimientos en pro de alcanzar una mejor calidad de vida, no obstante esta premisa no siempre se cumple, destacando algunos riesgos que se podrían presentar en el trasegar estudiantil, entre estos las consecuencias de no detectar a tiempo el denominado matoneo al interior de los planteles educativos, siendo pertinente estar evaluado el comportamiento de los estudiantes a fin de evitar daños irreparables en la conducta humana; aunado a ello, la incapacidad de algunos padres y educadores en sostener comunicación fluida con el estudiante, quien tiende a confundirse con la baja autoridad, aclarando que no tiene relación con los mecanismos utilizados para fortalecer confianza y disciplina de los menores, y es una herramienta fundamental para este propósito el diálogo continuo. Es interesante examinar el panorama desde el punto de vista generacional, al ser una constante los comportamientos violentos de algunos estudiantes, justificados con su búsqueda de identidad, ausentismo familiar, falta de autoridad y sus derechos, olvidando así que existen también unos deberes para con sus padres y educadores; justo es indicar una frase muy coloquial usado en diversos escritos, “dónde están los adultos”.
Entre tanto, el consumo de sustancias psicoactivas (SPA) se ha convertido en uno de los riesgos con mayor impacto entre los jóvenes estudiantes, algunos son instrumentalizados por delincuentes dedicados al tráfico en menores cantidades, lo que genera ambientes para que éstos sean inducidos a probar los estupefacientes y formando ritos de aceptación entre ellos mismos, evento que puede ser detectado por los adultos si tienen una fuerte relación de amistad y diálogo constante con el estudiante, que conlleva a una fuerte confianza para recibir una oportuna orientación. Se acude a este ejemplo, para señalar que la Policía nacional está al servicio especialmente de los niños, niñas y adolescentes, para ello, se cuenta con un portafolio de servicios con el que se hace acompañamiento en las escuelas y colegios a través del programa Dare (Educación para la resistencia al uso y al abuso de las drogas y la violencia), generando conocimiento en temas de seguridad y prevención, particularmente para evitar el consumo de SPA, embarazos a temprana edad, deserción escolar, pero para ello, se requiere igualmente del concurso de los centros educativos y particularmente de la familia, pues es importante que para generar jóvenes que aporten a la sociedad, éstos deben aprovechar al máximo su tiempo en su periodo de educación. DIOS Y PATRIA.
Comandante Policía Metib
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