Diciembre acapara escenarios de especial atención, lo que implica evaluar algunos tópicos que permitan contrarrestar las imprudencias y/o exageraciones navideñas que vulneran la seguridad ciudadana, así como la integridad física de las personas; entre ellas, conducir bajo los efectos de bebidas embriagantes que dejan lamentables resultados; increíble observar como bajo la figura “todo para lo último”, algunos pretenden cumplir con variedad de compromisos sobrepasando los límites de velocidad, aunado a que tienen como pasajeros a su núcleo familiar, a esto, hay que colocarle un límite, programarse con antelación y tomar estas fechas con calma es lo ideal para evitar daños directos y colaterales.
Entre tanto las horas avanzan terminando con el día 24 acercando los minutos del 25 y en ese instante, el licor cumple con su deber, acaparar el sentido racional de aquellos que han inundado su organismo con las diversas bebidas en modo de festejo, siendo necesario colocar un límite. No exagere en la ingesta de bebidas embriagantes, se debe compartir en familia y amigos con cordura en procura de que los recuerdos del evento sean satisfactorios para todos. Generalmente el 25 de diciembre y primero de enero algunas personas buscan un lugar cerca a la orilla de un río para el típico y añorado “paseo de olla”, momentos que deben ser muy aprovechados para el reencuentro con la familia y allegados; pero el límite a tener en cuenta es que el conductor elegido esté racionalmente listo para manipular un vehículo y puedan contar con la seguridad que el recorrido será sin contratiempos evitando imprudencias ante el consumo de bebidas embriagantes, sobrecupo o deficiente estado mecánico del automotor; igualmente, algunas familias se concentran en su terraza o frente a su vivienda a realizar un exquisito asado y donde no podrá faltar como acompañante una fría bebida y ahí hay dos límites a tener cuenta, primero no afectar la tranquilidad de los vecinos, en el entendido que no todos desean continuar festejando, máxime que buscan es un momento de tranquilidad, escenario que se debe respetar, evitando confrontaciones ante la posibilidad que predomine la intolerancia de ambas partes.
Ahora bien, la Policía nacional afianzará los esfuerzos en todo el territorio para evitar que actos de intolerancia, particularmente relacionados por riñas que concluyen con lesiones mediante el uso de arma blanca o contundente, empañen el buen desarrollo de las festividades navideñas, pero esta tarea no será exitosa sin el compromiso de los habitantes de esta región, por eso se espera que la noche de navidad evidencie un buen comportamiento por parte de la comunidad, traducido en los bajos resultados de afectación a la convivencia y seguridad ciudadana; se pretende evitar y/o acabar con el estigma frente a los meses de diciembre que marcan una tendencia de incremento en las muertes violentas a comparación de los demás meses del año y ello obedece a dos factores que hay que colocar límites: primero el alto consumo de bebidas embriagantes; segundo, la exaltación; si cada individuo se hace responsable de su adecuada conducta, se tendrán excelentes resultados, por ello, se invita a los ibaguereños y tolimenses que por una navidad en paz, coloque límites a su comportamiento decembrino.
DIOS Y PATRIA
Comandante Metib
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