La ingeniería en crisis

Los escándalos en el cumplimiento de las obras por parte de muchos contratistas, que en los últimos años se han intensificado de manera dramática,

han llevado al Superintendente de Industria y Comercio a afirmar que las empresas colombianas de ingeniería no tienen el músculo para construir las obras de los próximos años, agregando que las pymes han sido un fracaso tratando de hacer infraestructura.

Cuando aparece este comentario, adicionado al criterio de que en el país no existen empresas grandes dedicadas a la infraestructura, nos pone a pensar en lo difícil que resulta entrar a contratar 99 billones de pesos, que es lo que el gobierno tiene planeado gastar en el plan de obras de los próximos años.

Lo cierto del caso es que el país no resiste más escándalos y es un deber inaplazable el asegurar la efectividad plena de los recursos para que los retrasos en las obras no se sigan presentando, llevándose de paso al traste el objetivo de competitividad.

¿Cuál es el escenario? Pues que mientras es posible rescatar la confianza en el sector empresarial doméstico de la infraestructura, habrá que llamar a las grandes empresas internacionales para que se hagan cargo de los procesos próximos a licitar, si es que se quiere cumplir con los compromisos de actualizar el esquema de obras que se requieren con urgencia para que nuestro país pueda responderle al sector productivo y a las necesidades de sus ciudadanos.

Es una conclusión lamentable, pero la confianza hay que rescatarla a toda costa y las medidas preventivas tienen que apuntar al aseguramiento pleno de la efectividad de los recursos con que se cuenta.

La desatención en materia de infraestructura tiene que pasar de las promesas a los hechos, de los fracasos a las realidades y de la ineficiencia a la efectividad.

Vivimos en un medio en donde la topografía está rodeada de grandes dificultades, en donde nuestras fortalezas de otros tiempos como el transporte férreo y fluvial, hoy son debilidades y en donde es necesario estar a tono con un sistema que en todos los países crece y exhibe ventajas competitivas y en nuestro medio parece retroceder y aislarse de lo que la competencia muestra.

De acuerdo con esto es necesario asegurar varios criterios: capacidad técnica, capacidad operativa, experiencia, músculo financiero y cumplimiento.
Que vengan los cambios, y desde luego las obras, pues esté no puede seguir siendo el país de los fracasos y de los aplazamientos.

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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