Agro seguro

Después de todos los desenlaces tormentosos del paro agrario, en donde se pactaron una serie de compromisos para salir de la crisis que generó momentos angustiosos, bueno sería pensar en un programa de largo plazo que permitiera la configuración de una solución estructural para los campesinos y productores del campo.

Sin duda la puesta en vigencia de los tratados de libre comercio con América del Norte, con Europa y con los países vecinos, ha ido poniendo en evidencia unas desventajas producto del atraso en que se ha mantenido al sector, que no ha tenido verdaderos dolientes y que no ha podido estructurar el ejercicio para obtener la verdadera radiografía de lo que en verdad es el sector. 

No es sino echar un ligero vistazo a lo que tenemos y fácilmente podemos deducir un panorama lamentable y calamitoso: A las tierras no se les ha brindado un programa serio y ambicioso para su verdadera adecuación; no existen programas masivos de riego para atenuar la incertidumbre permanente de los climas tropicales que nos asisten; los fertilizantes no son accesibles a la mayoría de los cultivadores pues sus precios son absolutamente incomparables con los de otros países; los instrumentos de crédito siguen rodeados de exclusividad y los recursos disponibles para las colocaciones son irrisorios y presentan enormes trabas para acceder a ellos; la comercialización sigue en manos de los especuladores, que son los que reciben las verdaderas ganancias de los productos; la mecanización y las tecnologías en los cultivos está disponible solo para los grandes empresarios; el transporte tiene toda clase de inconvenientes por el estado de las vías y por el enorme costo de los fletes; las cadenas del frío no funcionan y los instrumentos de capacitación y educación de los campesinos siguen en situación lamentable. 

Todo este panorama amerita la constitución de una comisión de expertos no solo nacionales, conocedores de la situación, sino de extranjeros que provengan de experiencias exitosas como las de Chile, Brasil, Argentina y Perú, para que se pueda estructurar un programa de grandes dimensiones en donde nos podamos asomar de verdad a un revolcón en el sector primario de la economía, con el aprovechamiento del gran potencial que tiene nuestro país: rico en tierras, poseedor de todos los climas en cualquier época del año y abundante en aguas que nunca se explotan debidamente sino que nos dedicamos es a contaminarlas y a menguarlas. 

Esta es la razón que verdaderamente alejará al sector de las preocupaciones, de los paros y de la ruina. 

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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