Medellín es la sede del Séptimo Foro Mundial, liderado por la ONU, para analizar el tema de la equidad en las ciudades. Fue escogida por los avances en los últimos 20 años, que la hicieron cambiar su cara de ciudad violenta y llena de problemas sociales, hasta convertirse en la urbe más innovadora, capaz de afrontar con éxito la mayoría de los retos que le imponen el desarrollo y el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.

Eso quiere decir que las ciudades colombianas tienen el ejemplo a la vuelta de la esquina, para analizar sobre la práctica, cómo es que se ha podido avanzar y cumplir con eficiencia con las expectativas de la población.

De allí podría surgir un foro permanente entre las ciudades colombianas, para que se fijen unas metas muy claras y se revisen permanentemente en todo lo que tiene que ver con el cumplimiento de las expectativas de los ciudadanos y los compromisos adquiridos por los gobernantes.

Uno no se explica por qué unas ciudades son capaces de hacer la tarea de manera razonable, y otras no. Por qué unos aprovechan los recursos con racionalidad y proyección futurista y otros los despilfarran o simplemente los utilizan mal.

Una de las responsabilidades de los organismos centrales, es precisamente la de generar instrumentos eficaces de planeación y de control, para que se esté en capacidad de informar a los ciudadanos sobre quienes han cumplido con unos compromisos claros frente a las necesidades locales, y quienes también se han dedicado a otras cosas, y han permitido que sus municipios queden a la deriva, sumidos en el atraso y condenados a la desgracia.

Existen ciudades en Colombia que parecen estancadas en el tiempo, sumando necesidades y acumulando frustraciones, en donde el tiempo pasa y los recursos se gastan en todo, menos en atacar con determinación los problemas esenciales que se padecen.

A la mayoría de las ciudades colombianas les falta organización y además capacidad informativa para que los ciudadanos puedan ejercer el control debido al gasto.

Cuando no existen alcaldes con claridad frente a lo que deben hacer, y ciudadanos con mentalidad crítica frente al cumplimiento de los compromisos, el atraso seguirá siendo un factor imposible de derrotar. Y por supuesto, el tema de la equidad será también una fantasía a la que nunca se podrá acceder.