Los alcaldes en la hoguera

Eduardo Durán

Un reto muy grande deberá ocupar a los nuevos alcaldes que se posesionarán en los próximos días, para enfrentar el enorme desafío de la inseguridad que se vive en el país.
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Las expresiones de los expertos, así como las noticias de prensa, señalan cifras aterradoras que tienen a los ciudadanos en medio del pánico por el acecho permanente de los criminales que suelen aparecer en toda la actividad diaria.

Las estadísticas recientes hablan de impresionantes incrementos en delitos como el hurto a personas, el secuestro y la extorsión. Fuera de eso la fundación Paz y Reconciliación ha dicho que, en las siete principales ciudades del país, existen 196 organizaciones criminales de todos los pelambres, y también la estadística señala que cada semana son asesinados tres lideres sociales en Colombia.

A esto se suma que el propio ministro del Interior, Luis Fernando Velasco diga, frente al crecimiento de la percepción ciudadana sobre la inseguridad que “esto se refleja en el día a día de la calle por el robo de celulares y atraco en las zonas de tránsito ciudadano”.

Y como si fuera poco, el presidente del Senado, Iván Name, ha manifestado que “el país está en una grave crisis de seguridad nacional que se ha agravado”. Y para completar, el senador David Luna, ha denunciado que fue asaltado, junto con su esposa y sus dos hijos menores, en su propia residencia.

Los nuevos alcaldes tienen entonces un compromiso enorme, que tienen que enfrentar de manera decidida y valerosa para que los ciudadanos que entran a representar puedan tener la esperanza de recuperar la tranquilidad frente a su vida, honra y bienes, tal como lo define el ordenamiento constitucional.

Lo primero, es que este objetivo sea prioridad de gobierno. Lo segundo, es que los esfuerzos que se hagan estén claramente definidos e incorporados a un compromiso integral con todos los actores del tema: gobierno nacional, Policía y autoridades regionales.

Lo tercero, es que se oiga y atienda a tiempo a los ciudadanos; ellos son las víctimas y tienen mucho que decir sobre lo que les está ocurriendo. Además, podrían tener las claves de la información para detectar a los criminales, que hacen fiesta en medio del aterrador ambiente que se percibe.

Tarea difícil, que requiere de resultados urgentes para que esos electores anhelantes no se vayan a defraudar, y sobre todo, para que esa tranquilidad perturbada pueda nuevamente restablecerse y colocar a las personas en un espacio de tranquilidad que les permita desarrollarse en su actividad diaria y vital.

Que el sentimiento de seguridad, entonces, comience a irradiarse desde el primer día de gobierno de los nuevos alcaldes. Los ciudadanos estamos, desde la anchurosa y escalofriante calle, expectantes y anhelantes.

EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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