El Banco Mundial en su informe sobre gasto tributario en Colombia resaltó la necesidad de avanzar en una reforma tributaria redistributiva del ingreso que le permita a nuestro país superar su segundo lugar como el más desigual en Latinoamericana y el séptimo en el mundo. Una de las recomendaciones del informe fue promover un sistema de tributación más progresivo, es decir, que el reparto de la carga tributaria se realice teniendo en cuenta la capacidad contributiva de los obligados. Sin embargo, surgen varias preguntas cuando se trata de lograr su implementación real.

Por un lado, algunos economistas afirman que nuestro sistema tributario cuenta con baja progresividad, como consecuencia de la debilidad del impuesto a la renta en Colombia pues no solo existen pocas personas que lo pagan, sino también, porque el sistema está lleno de exenciones y beneficios que reducen el monto efectivo de lo pagado. En ese escenario, la estrategia de gravar a los colombianos de acuerdo con sus ingresos a través de un porcentaje progresivo parece sensata, aunque muchos critican que la reforma no avanzó de manera frontal en limitar las excepciones y los beneficios vigentes.

De otro lado, expertos han afirmado que el principio de progresividad debe implementarse de manera cautelosa, sin llevar luchas frontales contra derechos previamente adquiridos del sector privado y garantizando la estabilidad presupuestaria que permite el funcionamiento de los mercados y la inversión extranjera.

En el marco de la Carta de 1991, se reconoce a Colombia como un Estado Social de Derecho encaminado al logro de la justicia material, por lo que la herramienta de la progresividad parecería el mejor instrumento para cumplir con el espíritu constitucional. Sin embargo, me pregunto si ¿este principio de progresividad es un principio absoluto o si su inclusión por parte del legislativo debe contemplar limites que permitan también asegurar la estabilidad presupuestaria?

Promover el desarrollo del mercado no debe significar perder el anhelo de un sistema progresivo; sin embargo, aplicarlo solamente a uno de los tributos como el de la renta, no parece ser la solución definitiva al problema.