Soacha: Laissz Faire, Laissz Faire

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Pensar en Soacha, es recordar hechos que conmueven. Hace 25 años en su plaza principal fue asesinado mi padre, un líder que para muchos cambiaría las costumbres políticas tradicionales y acabaría con los peores males del Estado: el narcotráfico, la corrupción y el clientelismo. Este municipio no solo ha sido conocido por ser el lugar de deceso de un carismático líder político, sino también, por el estado de abandono que ha provocado una de sus peores crisis económicas y sociales en más de 400 años.

Hablar de Soacha simplemente como un municipio inseguro y caótico es negar su calidad de víctima; víctima del crecimiento desmedido de Bogotá, víctima del conflicto armado interno de nuestro país, víctima del abandono. Soacha, un municipio que padece diariamente el desplazamiento forzado y que puede llegar a albergar más de 200 mil personas, se enfrenta diariamente a demandas de servicios de salud y educación, trabajo, vías de acceso, seguridad y vivienda.

El 76 por ciento de la población del municipio, que pertenece a los estratos 1 y 2, requiere modelos de prestación de servicios adecuados y subsidiados que no tiene; requiere soluciones de movilidad que han llegado con 10 años de retraso y que muestran diariamente un sistema de Transmilenio colapsado y requiere territorios libres de peligros.

Esta es la situación más crítica: según la última encuesta de percepción de seguridad, el 78 por ciento de las personas encuestadas demandan mayor protección. El municipio solo cuenta con siete policías por cada 10 mil habitantes y, por consiguiente, no es capaz de controlar los hechos delictivos de homicidio, hurto y lesiones personales, que se concentran en la frontera entre Bogotá y Soacha aprovechando el difícil control de las autoridades locales para hacer cumplir la ley.

Soacha demanda soluciones urgentes y bien pensadas, requiere inversión y visibilidad desde el nivel nacional. Por esto, creemos que el reciente Proyecto de Ley de Área Metropolitana entre Bogotá y Soacha, radicado por el Gobierno nacional, es una iniciativa que no se debe descartar sin hacer un estudio cuidadoso y responsable fundamentado en las necesidades de sus ciudadanos.

Aquí hay que empezar a pensar soluciones antes de continuar el “laissez faire laissez passer”.

Credito
JUAN MANUEL GALÁN

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