Los contratistas de la administración Moreno de Bogotá siguen tranquilos, tanto como los que tumbaron con Interbolsa o los que asesinaron a Alvaro Gómez Hurtado. Frescos como los remodeladores del Panóptico y del módulo externo de la Gobernación. Nada pasa. Apareció y desapareció Pedro Gómez como socio del Papero. El exfiscal Luis Camilo Osorio nada ha tenido que decir sobre las cortinas de humo a los procesos contra los financiadores de los paramilitares y las investigaciones contra el zar de las esmeraldas recientemente fallecido y muy recordado por dos purpurados que jornalearon bendiciones sobre la vida y obra de ese empresario ejemplo de apoyo al paramilitarismo y a los dos últimos presidentes de Colombia. 

Es el país que tenemos, en donde siguen los asesinatos de los defensores de la restitución de tierras violentamente robadas y en donde nada se sabe de las investigaciones por los asesinatos de los líderes de los mineros artesanales de Ataco o sobre los creadores y financiadores del grupo paramilitar Rojo Atá. Es de imaginar la impunidad que le viene al crimen del Pastor evangélico y concejal de Buenaventura asesinado por denunciar la corrupción en ese puerto abandonado por el Estado tan abandonado por el medio ambiente que es destruido impunemente por las transnacionales mineras que solo le han dejado al país destrucción de capa vegetal, contaminación de aguas, daño cultural, desplazamientos, destrucción del tejido social y del patrimonio cultural y miseria. 

Ni mencionar la corrupción institucionalizada en el manejo de las regalías y la estampilla procultura. Cortinas de humo hay para todo y son tan bien utilizadas que quienes favorecieron el paramilitarismo y la corrupción ahora hacen campaña prometiendo su abolición. Roy Barreras sigue tirando el petate a donde sea y por lo que sea. El matoneo sigue de fiesta en algunas instituciones educativas de Ibagué. Las cuentas de las juntas de acción comunal de La Pola, la anterior y la actual, no las conoce la comunidad y todos frescos. Da lo mismo atrás que a las espaldas. Es el país que tenemos, con los dirigentes que nos hemos dado sin tener en cuenta su pasado. Aguacates no da el palo de guamas. Se cosecha de lo que se siembra.

Ñapa.- Transcribo algunas frases de la Oración por la Paz del Pensador William Ospina, escrita con motivo de la manifestación de apoyo al proceso de paz y cuyo texto fue publicado en El Espectador del domingo(14):

* Donde se talan sin conciencia los bosques, no puede haber paz, porque los árboles, que todo lo  dan y casi nada piden, que nos dan el agua y el aire, son los seres más pacíficos que existen.

* Donde los indígenas son acallados, donde son borradas sus culturas, donde es negada su memoria y su grandeza, ¿cómo puede haber paz?

* No hay paz con los ríos envenenados, con los bosques talados y con los niños enfermos por el agua que beben.

La naturaleza no es una mera bodega de recursos sino un templo de la vida. Pero una lectura equivocada del país y una manera mezquina de adminístralo han convertido este templo de la vida en una casa de la muerte.