Y el agua moja

Fueron alumnos del colegio Antonia Santos de Dolores los que sacrificaron alegremente su tiempo para localizar, limpiar, señalizar y divulgar el Arte Rupestre de su municipio. Hicieron de guías en la Exposición de Arte Rupestre en el Museo de Arte del Tolima.

Las cuarenta horas de servicio social se convirtieron en tiempo completo sin importar el dejar de ganar unos pesos como coteros o ayudantes de tiendas los días de mercado. 

Le dieron un elemento de identidad a sus paisanos, con la colaboración de profesores y padres de familia. Paseos multitudinarios a los sitios con Arte Rupestre, fiestas populares con carrozas divulgando el mismo Arte Rupestre que se hizo presente en las carrozas de un Festival Folclórico Nacional, con el que se hicieron murales en los puentes del Sena, fue utilizado para ilustrar la Revista Actas Pedagógicas con la que la Universidad de Ibagué celebró 25 años, motivó trabajos periodísticos de nivel regional y nacional y fue materia prima de varios documentales ampliamente divulgados y enviados al Ministerio de Cultura, a la Dirección de Cultura Departamental y al Instituto Colombiano de Antropología e Historia, institución esta que prestó constante asesoría.

Esa muchachada que con tanta dedicación y cariño hizo patria, no recibió el menor apoyo para ingresar a la universidad, a pesar de las propuestas hechas para que este tipo de trabajo de rescate de Patrimonio Cultural fuera estimulado por el gobierno, especialmente el Ministerio de Educación. 

Mientras el Estado nada les ofrecía la guerrilla les ofrecía, salario fijo, uniforme y armas. Pero la tapa del cóngolo la puso el que distribuyó dineros para Patrimonio Cultural al asignar una jugosa partida para investigar el Arte Rupestre de Dolores, con actas cuadradas a sombrerazos, seguramente para tenderle la mano a un tramitador de contratos enmosados que no merece cupo ni en la Casa Panda de Ambalema. Y nadie le pone freno a la corrupción. 

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La Pola tiene abierta las inscripciones para las personas que quieran hacer parte de la Junta de Acción Comunal y trabajar por el bienestar de la comunidad que fue ejemplo de convivencia, cultura, solidaridad, honestidad y sentido de pertenencia. Se pueden inscribir en el local que fue la Biblioteca Pública Luis Florez, contiguo al CAI.

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En el destape del pasado brillantemente oscuro de Luis Alfredo Ramos no se ha mencionado su paso politiquero por el Tolima con la vinculación de la tractomula de los escándalos en El Espinal que motivó el retiro de varios conservadores de su campaña. Maña vieja dizque no es resabio.

Credito
HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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