El Tolima para y la opinión

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La Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá, profirió el 19 de mayo de 2014, la primera sentencia contra desmovilizados del Bloque Tolima de las AUC. El fallo pone sobre el tapete una realidad que trataron de ocultar por varios años, personajes con claros intereses politiqueros, por no decir delincuenciales, que pedían micrófono para asegurar que en el Tolima no existían paramilitares, mientras los de su entorno los auspiciaban y se beneficiaban de sus actuaciones.

La sentencia recoge históricamente la violencia en el Departamento y hace especial énfasis en los grupos paraestatales y contra-estatales, convirtiéndose en un documento de referencia para quienes investigan sobre estos temas. De igual manera, debería ser de obligatoria lectura para las autoridades que han pasado de agache y empresarios y politiqueros que financiaron y estimularon su existencia y sus crímenes como: homicidios, torturas, secuestros, desaparición, desplazamientos forzados, destrucción y apropiación de bienes, sevicia, desapariciones forzadas, concierto para delinquir, constreñimiento ilegal, reclutamiento ilícito, simulación de investidura, violencia sexual, violación de vivienda ajena, entre otros. Pero también debe conocerla toda la comunidad tolimense para que no ignore más su historia y para que esos hechos atroces jamás se vuelvan a repetir. La sentencia, que por las lógicas razones de la coyuntura electoral no ha llamado la atención de los medios de comunicación, destaca la participación de autoridades civiles y militares, de empresarios y politiqueros con investigaciones medio iniciadas y en el olvido que si se acatan las recomendaciones del Tribunal podrían no quedar en la impunidad. Se dan nombres, fechas e información sobre hechos no adecuadamente investigados, incluyendo políticos favorecidos con falsos testimonios. Se constata una vez más, que los poderosos son los que planean, financian, escogen a las víctimas y se benefician de los crímenes, pero quienes los ejecutan, siempre son hombres del campo, gentes sin educación y posiblemente sin otras oportunidades diferentes a la guerra.

Queda de manifiesto, nuevamente, la formación jurídica y la calidad humana de la Magistrada ponente, la Doctora Uldi Teresa Jiménez López, quien además de la investigación histórica, hace un detallado análisis jurídico de la situación de los implicados, ordena la reparación de las víctimas y propone alternativas para beneficiarlas. Participación del Sena, Bienestar Familiar y las universidades en el proceso de reparación. En el punto quincuagésimo se dice: “El Gobernador del departamento del Tolima, deberá intervenir en los municipios de su jurisdicción, con el fin de fortalecer la producción de riqueza y autosostenimiento de la región. En los planes de desarrollo y en los presupuestos anuales deberá incluirse rubro sin desmejorar las inversiones ya existentes, con el fin de evidenciar que hay nuevas intervenciones económicas en su región. Esta intervención, además de buscar la salida de la pobreza de la región debe permitir la participación de las víctimas.”. Se exhorta, además, al Centro Nacional de Memoria Histórica para que elabore y publique una investigación sobre las expresiones para estatales y contra estatales durante la Violencia y el Frente Nacional para caracterizar lo que fue el fenómeno del  paramilitarismo en Colombia.

Es hora que la comunidad asuma la responsabilidad  que tiene frente a las víctimas. Un primer paso pude ser el velar por el  cumplimiento de lo ordenado en la sentencia. Que el silencio y la tolerancia no permitan la repetición de lo  ocurrido con la masacre de El Neme, en el  Valle de San Juan, municipio donde nació la Expedición Botánica.

Opinión.- En Colombia, en pleno siglo XXI se sataniza al que opina diferente a los que se consideran dueños de la verdad. Tanta falta de respeto por las creencias, ideas y opiniones de las personas en nada contribuyen a la convivencia entre los miembros de una comunidad. El ciudadano es libre de creer en lo que satisfaga sus inquietudes espirituales, de pensar en lo que sea y de utilizar la libertad de expresión. Al escritor tolimense  William Ospina se le vino el mundo encima por manifestar su intención  de voto. El es libre, como todos, de votar por quien se le venga en gana y tiene derecho a expresar esa decisión. Definitivamente no hemos aprendido a  respetar la diferencia.  

Ñapita.-Un conversatorio sobre Jesús en  diferentes tradiciones religiosas dio origen a un grupo ecuménico que trabaja por la paz. Doce teólogos y un graduado de la Universidad de La Yuca, de Santa Chava, dialogaban sobre puntos no muy claros en sus religiones. Cuando me pidieron opinar me limite a decir: “solo pienso en seguir buscando los restos de la ballena que se tragó a Jonás.”. Se soltaron chistes sobre dioses y religiones. Se agotó el de consagrar y armamos viaje para el Mangostino de Oro, a Mariquita. Falto poco para irnos a la Coral Ciudad Musical.

Credito
HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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