El tolimense que hoy funge como fiscal general definitivamente está en el lugar equivocado. El sueña que es alto comisionado y dice y desdice sobre lo que hay que hacer en La Habana durante la negociación y el postconflicto.

En medio de su delirio, ha llegado incluso a proponer una ley de punto final para militares, paracos y guerrilla. Eso hoy no tiene acogida en ninguna parte del mundo. Recordemos lo que ocurrió con esas leyes en Chile y Argentina. Las masacres, desapariciones, secuestros, torturas, etc., no se dan solo en las dictaduras. Aquí hemos vivido esas atrocidades y de qué manera. Y eso debe ser castigado.

Pero cree que también es agitador de masas. Por eso se le atravesó, arengando a los servidores de la Rama Judicial, al proyecto de ley que creaba el tribunal de aforados para que investigara y juzgara no solo a los magistrados de las cortes, entre otros, sino al propio fiscal. El fiscal es hincha de la impunidad no solo para los actores del conflicto, sino en beneficio propio y parece que se siente cómodo y muy equilibrado con la comisión de absoluciones.

Propició y obtuvo una ley que permite que los dineros producto de ventas de bienes sujetos a extinción de dominio, ingresen directa y exclusivamente al patrimonio de la Fiscalía, para financiar los astronómicos sueldos de sus múltiples asesores, nombrados a dedo, que pasan de los 20 millones de pesos al mes y las delegaciones de la Oficina de Asuntos Internacionales en varios países de Europa.

El, en más de dos años de gestión, no se ha dado cuenta de que los fiscales que no mojan prensa todos los días tienen una carga laboral de más de 700 expedientes cada uno, que es urgente que se creen más fiscales de a pie, que muchos de sus despachos en el país están en pésimas condiciones, que carecen de lo más elemental para adelantar su trabajo.

Todo eso explica, en parte, porque se empecinó en perseguir de manera infame al exministro Alfonso Gómez. No soportaba que un demócrata de verdad se opusiera desde el Ministerio de Justicia a tanta barbaridad. De pronto tenía razón la Contralora. ¿De qué se estará blindando el fiscal?

-* Demasiados cortos de información sobre Ibagué los García, promoviendo la revocatoria del alcalde sin saber que este no se ha posesionado.

-*Dizque casi se mueren del susto el Fiscal y unos magistrados cuando se dieron cuenta de que estaban parados sobre unas boñigas. Creyeron que se estaban derritiendo.

-*Para enmarcar la lucha contra la corrupción. La continuación de la tumbada con lo del Panóptico, se entrega a un contratista que genera menos confianza que magistrados negociadores de justicia. Buen ejemplo de transparencia.

-*Buena visión. -Consideraron que era necesario aumentar el desempleo en Ibagué y para lograrlo no encontraron nada mejor que los vendedores ambulantes.

-* El país con cáncer, sida y lepra y ahora quieren meter alargue a periodos de alcaldes y gobernadores. Gordo, hinchado, con paperas y cotudo.

-*El fiscal desesperado por mojar vitrina propone borrón y cuenta nueva. Al carajo la Constitución y la justicia. Vía libre a los criminales de todos los pelambres.

-*‘UT territorio de paz’, con Dirección de proyección social y muchos perorando sobre la paz, pero no tiene quien trabaje diálogo y conciliación entre directivos, profesores y estudiantes.

-*Fue famoso el chamorreo, algo así como tumbar al departamento con un proyecto chimbo de alfabetización y cobrar por el traslado de maestros en las secretarías de Educación del Tolima y de Ibagué. Dizque ahora pontifican y rinden culto a corruptos.

-* Nos quedaríamos sin candidatos si fueran obligados a presentar su pasado penal y financiero, así como los de sus amos politiqueros.

-*¿Qué haría con una visita de una vaca loca, una paloma clueca, un loro medio corrido y un pájaro caído en su oficina?

-* Los ladrones de baldíos dejan su oficio. Ahora el Gobierno se los va a regalar y dejar a los campesinos con el dedo entre los dedos.

-* Desmienten a Uribe, amenazan a Poveda. Desmienten a Invercolsa Londoño -qué tal el oso peludo que hizo con Vargas Llosa-. Insultan a Claudia López.

-* Minguerra y el Palomo juegan con un código de policía. Nadie fumiga en las cortes. Y de la justicia, ¿qué?