Recoleteando

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Esta vaina no cambia. La historia reciente cuenta como la traición del arzobispo Caballero y Góngora a lo pactado con los Comuneros y el descuartizamiento de José Antonio Galán –quien realizó la Primera Liberación de Esclavos en América, en la mina Malpaso de Mariquita el 18 de junio de 1781– le sirvió al arzobispo para lograr el título de Virrey.

Con traición y utilizando el crimen llegó al más importante cargo político de la época. Lo anterior es poco recordado y da una pista sobre las razones para suprimir la enseñanza de la Historia de Colombia. De pronto, para algunos, es mejor ocultar la verdad que contarla.

La historia más reciente, con actores vivos y de mucha influencia política, nos traslada a Madrid a la reunión celebrada entre Ernesto Samper, embajador de Colombia y posible candidato liberal a la presidencia, Miguel Rodríguez, un delegado de Gilberto Rodríguez, el periodista Gilberto Giraldo y Eduardo Mestre.

Se dialogó sobre la posibilidad de un acuerdo para que el Cartel de Cali colaborara en la reducción de embarques de droga y la eliminación del narcotráfico en el país a cambio de reducción de pena y prisión domiciliaria a los jefes de la organización y de aporte financiero a la campaña del candidato liberal a la presidencia de la República.

Una pequeña pista sobre la vinculación de Proactiva, empresa española, al negociado de las basuras en Bogotá durante diez años y sobre la emberraquecida puñetiada del ex super ministro Martínez y aspirante a la Fiscalía, cuando esta empresa fue derrotada en la última licitación de basuras en la capital.

Como resultado de lo que se llamó Pacto de Recoletos, logrado por excelentes representantes de nuestra clase política, los miembros del Cartel de Cali aportaron U.S. $4.000.000 para lo que fue la primera vuelta. La idea era ganar en esa oportunidad, pero como no fue posible, el cartel de Cali volvió a inyectar la campaña con la pendejadita de U.S. $6.000.000 para asegurar el triunfo de Samper, con Serpa, Botero y Santiago Medina como palafreneros.

Triunfa Samper, se incumplen los compromisos, se destapan los aportes de la mafia, son condenados Botero y Medina, Samper compra su absolución, Serpa hace de espadachín, sin que nadie sepa la verdad sobre el asesinato de su conductor, y ahora pontifica sobre transparencia, hace campaña para la familia mientras por debajo del poncho hace campaña para la alcaldía de Bogotá a favor de una candidatura diferente a la de su partido, del cual es director. Un buen ejemplo del politiquero que solo trabaja en beneficio personal y no de sus electores.

La historia mucho más reciente nos muestra lo que fueron los años de Gobierno de Uribe y como van los de Santos. Ya usted tiene su opinión sobre ellos y tiene que entender por qué se le tiene tanto miedo a la verdad. Lo lamentable es que los Recoletos siguen incrementando su poder. Samper representa a Colombia en un organismo internacional, con su elefante y su 8.000 a cuestas –un ratón cuidando queso-. Serpa miembro de la Dirección Nacional Liberal. Martínez futuro fiscal, para seguir los pasos de Luis Camilo Osorio y de Saludcoop Montealegre.

Sobran razones para que los Recoletos hagan ostentación del poder que les ha dado la droga y las armas. Esperen lo que van a hacer con las próximas elecciones y entiendan porque le tienen tanto miedo a la Comisión de la Verdad. Imagínese un Tolima con una comisión de la verdad trabajando por dar a conocer la verdad sobre la violencia en nuestro Departamento. Solo imagínelo, chárlelo con amigos que sepan del cuento. Por lo menos se van dando cuenta que es mucho lo que tienen que aportar a la memoria del Tolima.

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