Fogón con leña verde

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Aprovecharon la oportunidad que les brindó el paro para una demostración no pedida ni esperada de su ignorancia sobre la situación del país y su falta de solidaridad con el desgobierno en el cual parasitan.

La cuasivice compitiendo en babosadas con Paloma Violencia, la Cabal y los intelectuales de actualidad del Centro Democrático, con la ayuda de Pachito, con sus cagaditas diplomáticas con la ministra que recuerda las viejas alianzas con los Holmes Trujillo.

Tan pronto llegaron a la casa de nari se pusieron a preparar un sancocho creyendo que era suficiente una olla grande con agua sucia, un fogón con leña verde y los elementos que con mala gana y de peor calidad aportaron los que esperaban las mejores porciones. El sancocho terminó siendo un revoltijo de mala aroma y peor sabor que los aspirantes no se querían tragar. ¡Eso no se le puede hacer el jefe de la mano tendida y corazón grande. Nos lo comemos o nos jode!!!

El miedo es miedo y les tocó. Dizque por eso retomaron la costumbre de vender el miedo que tanto les ha servido para ocultar la verdad y seguir lucrándose con la violencia. Nadie quedó satisfecho con el sancocho, ni con el desgobierno; por eso los colombianos, salieron en masa y con cacerolas a protestar pidiendo solución a los problemas sociales, económicos, políticos, de educación, ambientales, de indígenas y no solo promesas.

La protesta sigue mostrando la importancia de la cultura, gracias entre otras cosas, a la visión que tienen nuestros jóvenes, la nueva ciudadanía, hoy al frente del paro, quienes han mostrado grandeza y madurez para notificar al gobierno y al país que están hartos de la guerra, de la corrupción, de la inequidad, de la injusticia. Que hay mucha incertidumbre sobre su futuro, que ya es hora de que su voz se escuche con atención porque el país cambio y ellos están llamados a ser protagonistas de su futuro.

La protesta tiene objetivos claros en favor del bienestar de los colombianos, sin intervención de los politiqueros. Esa la razón para recibir tanto respaldo popular. Hasta donde se sabe el paro fue organizado por estudiantes y sindicalistas y ciudadanos de a pie y el trámite y respuesta a las justas peticiones lo debe asumir sin dilaciones el gobierno, que no ha estado a la altura de la grave crisis que vive Colombia. Creen que con miedo, represión y mentiras todo se solucionará.

Bajo ese libreto se produjo, la semana pasada, el asesinato del joven estudiante Dilan Cruz, por parte de un agente del Esmad, de origen humilde, falto de entrenamiento adecuado y a quienes algunos quieren ver como el único responsable de cuanto está ocurriendo.

Como se ha vuelto costumbre en estos casos sobran disculpas y justificaciones incluyendo rebuznadas como la del ex viceministro de Justicia Rafael Nieto Loaiza, sobre el asesinato de Dilan Cruz: “Responsables son el mismo Dilan y quienes irresponsablemente han incentivado la violencia y la participación de bachilleres en protestas”. Es con esta clase de voceros, con o sin enjalma, que los enemigos de la paz y la cultura, sueñan con revivir la violencia que tantos frutos les han dado. Pero la juventud les va a hacer pistola.

Es hora del cambio, de educarnos para reconstruir este país, basados en principios de paz, justicia, equidad e inclusión, para volver a recuperar la confianza en nuestras instituciones democráticas y ahuyentar las amenazas del autoritarismo y su expresión en líderes mesiánicos sean militares o civiles.

Ñapa: “Duque es el presidente más joven gobernando un país viejo”. Camilo Romero- Gobernador de Nariño.

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