El niño y el toro

Luis Fernando Garibello Peralta

Una mama cuando aborta, nunca dejará de pensar cómo hubiera sido ese hijo con el paso del tiempo, nunca, hasta cuando su cabeza este cubierta de canas por completo, pensara cada día en ese hijo y cómo hubiera sido en cada etapa de la vida.
PUBLICIDAD

El cuerpo de la Madre es un templo y ella es quien a lo largo de la historia ha preservado la vida, ella es el grial. Los hombres por el contrario, han ido a la guerra, han sido bárbaros, se han matado, se siguen matando, se han ido y nunca han regresado y quién se ha quedado y ha sacado la prole adelante? la madre.

“El día en que las personas dejen de horrorizarse por el aborto será el día más terrible para la humanidad, el aborto no es solo un homicidio, sino también un suicidio, son dos crímenes en un solo acto y la raza humana verá la tierra poblada por ancianos y despoblada de niños, será lo más parecida a un desierto”: Padre Pio de Pietrelccina. Así es; lo ocurrido en Popayán donde se le quitó la vida a un niño vivo y por nacer, no es más que la boca gigante y con dientes enormes que tiene por trampa el demonio para acabar con la familia, la institución de mayor valía en el mundo por siempre, y seducidos por esa presunta “libertad” muchas mujeres y hombres caen rendidos a semejante horror.

Según se informó en prensa, la motivación fue por un cuadro depresivo que tuvo la madre. Yo digo: acaso no es frecuente que una mujer que haya tenido a su hijo sufra de depresión durante y después, tanto que existe una denominación para ello: depresión pos parto. No hay momentos depresivos en ellas cuando se encuentran en el más bello de los estados de un ser humano? Claro que sí! Son más frecuentes dada la cantidad de sentimientos que tienen al ver a un pequeño indefenso que hasta hace poco ocupo por nueve meses su cuerpo: creciendo, latiendo, viviendo de ella, por ella, alimentándose de ella, y con ella, ese “vacío” que deja al nacer la criatura en su precioso cuerpo es una hermosa obra de ingeniería, de evolución pero sobre todo de amor, sumado a las complejas reacciones químicas que suceden en su interior, le hace pasar momentos difíciles y lógicos a las maternas, períodos mentales duros y naturales, pero no por esto acaban con la vida de su hijo recién nacido, ni se debe permitir que un médico o un simple juez lo ordene.

Lo triste de este asunto y por ello se horrorizan y rasgan sus vestiduras, debo decirlo con profundo dolor, más las mujeres que los hombres cuando piden a grito herido acabar con las corridas de toros, el martirio por cierto reprochable de un animal pero voltean la cara cuando se trata de un aborto, de la muerte de un ser humano, ni se ruborizan por la muerte de un niño y si arman todo un show por la de un toro, no seamos tibios, no seamos cómplices de este crimen. Piden a gritos y recogen firmas para aumentar las penas a violadores y asesinos de menores, pero se esconden cuando se les pregunta por el aborto.

El Magistrado ponente sustenta su tesis en virtud a los derechos de la mujer y que la estadística consultada por él señala que no se han bajado los niveles de abortos clandestinos, me parece absurdo, simple y sin hondura, como si pudiéramos comparar una estudio sea cual fuera el tamaño de la muestra o la calidad de los consultados, con una vida humana siquiera.

Me opongo también, cuando “tímidamente” como es en este caso, algunos formadores de opinión sugieren que debe sacarse este tema del ámbito religioso por el contrario, creo que si no estuviese aquí la religión, Dios, en el mundo al aborto y por ende la muerte sería tan común como ir al baño a resolver cualquier indigestión, repito: cara duras, pues a varios de estos he visto en oficios religiosos, o son de ideologías políticas con fuertes raíces católicas, pero que ante un homicidio como lo es el aborto, no tiene los pantalones para defender la vida.

El año pasado y por primera vez en Colombia, las ventas para mascotas superaron las que se hicieron para bebes, las familias unipersonales como técnicamente hoy les denominan, son eso, tecnicismos mercantilistas, factores de medición, serán los mismos que consultó el magistrado ponente? No lo sé, espero que no.

A esto se refiere el Papa Francisco cuando dice: la cultura del descarte. Desechamos todo lo que nos incomoda: a estos pequeños, a los indefensos, a los pobres pues resulta más fácil callar, mejor ser ligero y pensar que con esto quedo bien con todos, decir que aquello no debe discutirse desde la religión y mejor desde la lógica, estamos hablando de vidas humanas, de niños.

Una vez puse el nombre a este artículo, recordé a Moisés cuando sacó al pueblo de Dios de la esclavitud de Egipto, y después de que se manifestaron ante ellos tantos prodigios, se apartaron para terminar adorando un becerro, un toro de bronce, así hemos llegado en la sociedad a la locura de ser adoradores de ídolos desconociendo el valor de la vida.

LUIS FERNANDO GARIBELLO PERALTA

Comentarios