Disparos al aire: Admirando a Pablo

Supremamente difícil le quedará a los responsables de la serie televisa sobre la vida, obra y muerte –y muertes - del capo de capos Pablo Escobar, para cambiar los sentimientos de admiración, y sobre todo, de afinidad creados por el extraordinario actor Andrés Parra, en nombre y representación del tenebroso personaje paisa.

Noche a noche, en las últimas noches, cientos de compatriotas han sudado petróleo ante la inminencia de los operativos de policía que puedan terminar incautando la droga del laborioso empresario del narcotráfico. Están –la inmensa mayoría de televidentes- a favor del capo y no de la policía. Por ello, -miles de televidentes – descansan y suspiran tranquilos cuando el capo logra aceitar a la autoridad con fajos de billetes y continuar su ascendente carrera de próspero narco. O sea, avalan –esos televidentes- muy en el fondo y totalmente en secreto,  la comisión de delitos para lograr mezquinos objetivos.

Y, ¿la madre? Que señora tan piadosa y querendona: como todas las madres colombianas. Dando la bendición al capo para que le vaya bien en las próximas aventuras criminales. Igual que los sicarios –también cristianamente piadosos - que se persignan minutos antes de descargar varios balazos en la cabeza de sus víctimas. Sin embargo, preocupa el mensaje que el bien editado programa televisivo lanza a una juventud, que según las últimas estadísticas, bordea ya la espeluznante cifra de tres millones en la pobreza extrema. Uno de ellos: la plata se consigue en la ilegalidad. Otro: el vicio da billete. Uno más: con violencia se consigue plata y estatus social. Y uno final: con billete, violencia y astucia, se puede triunfar en la política colombiana.


Vamos a ver, si la serie televisiva es capaz de lograr esa empatía de los televidentes con los actores que representan a Galán, Cano o Rodrigo Lara. Ojala lo logré. Sería desastroso que no fuera así. Pero es difícil. El público, en su mayoría, suele identificarse tanto en cine como en TV con los bandidos. Es asunto de emoción y aventura. Normal y lógico. De seguro, una serie de TV o una película sobre la vida y obra de la madre Teresa de Calcuta, daría perdidas millonarias y llevaría a inmediata quiebra a la empresa que se le midiera a ese despropósito cinematográfico. Pero, no exageremos. Quedemos en un punto intermedio: Por ejemplo, la serie sobre Escalona fue genial y rentable. Lo que pasa, es que también en el fondo, existe un problema conceptual: algunos creen que Colombia debe girar y deleitarse alrededor del tema de la violencia. Otro, muy pocos, creemos lo contrario.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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