Leve remezón electoral

Rápida y perceptiblemente, la actividad política colombiana empieza desde este fi n de semana a recorrer nuevos caminos y ocupar viejos espacios.

No solo en el terrenode la política de Estado sino también en lade las ligas menores, en este caso, en la reubicaciónde los partidos y en las perspectivas acorto y mediano plazo de los propósitos electorales.

El tema de la Paz –así en mayúscula– atraviesa todo el Estado, desde arriba hastaabajo y desde el lado izquierdo al derecho. Porello, las primeras reubicaciones se deben presentaralrededor de este debate, teniendo encuenta que las directivas de la mayoría de lasorganizaciones políticas existentes en el paíshan dado su apoyo al inicio de la agenda depaz presentada por el Presidente Santos.

Pero,como dicen expertos feligreses, la procesiónva por dentro, o sea, al interior de dichas organizacionesdonde necesariamente apareceránvoces discordantes y disidentes.

Y ahí, alrededorde ese trascendental punto, se presentarántambién perfi lados los primeros dos bloquespoderosos de la política colombiana, con susrespectivos liderazgos: el de Santos y el de Uribe.Una tercería, aún no se vislumbra.

Tanto en el partido de la U como en elConservador, podría sentirse un leve tembloren sus estructuras. No tanto en Cambio Radical.Lo novedoso, se presenta en las toldassiempre rojas del Partido Liberal.

Observemosalgunos detalles: en la reconfi guración del gabineteministerial Santos oxigenó -¡y de quémanera ¡- al liberalismo conservando fi gurasprestantes como la de Pardo e incorporandonuevas, caso Carrillo en carteras claves. Y enla carta dura de la paz con De La Calle, porejemplo, se volvió a notar el guiño rojo presidencial.Los mensajes políticos y electorales,sin lugar a dudas, podrían interpretarse comode fortalecimiento al Partido Liberal.

O bien,para que arranque como aliado de Santos, solocon fuerza en su dinámica electoral, o abra laspuertas de par en par y reciba en sus más preciadosaposentos a Cambio Radical, opciónsistemáticamente negada por algunos de susdirectivos, pero que muchos politólogos dealto y bajo vuelo, dan como un hecho seguroen los próximos meses.

Ahora bien, Santos ha fortalecido al PartidoLiberal. Cierto. Pero, no a toda la colectividadroja sin parar en favorecidos: eso, si no.Los protegidos han sido “los gaviristas” y enespecial, el expresidente Gaviria. Para la muestratres botones de rojo gavirismo: Pardo, Carrilloy De la Calle, sin mencionar al Ministrode Salud que parece también fue recomendadopor el mencionado jefe liberal. A lo anterior,debemos sumar la jefatura de Simón. Y otrasfl ores en el jardín burocrático.

A primera vista,buen balance. Sin embargo, es lógico suponer,que al interior del liberalismo deben empezara gestarse huracanadas tendencias, con legítimasaspiraciones para ser llamadas a ocuparbuenos puestos delanteros en el tren de la burocraciapresidencial. Y ese debate, fuera de interesantey oportuno, resulta ser de especial interéspara el fortalecimiento de la democraciacolombiana. ¿Y, la izquierda?. En la oposición,pero no se siente.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

Comentarios