Disparos al aire: La balada agraria

El tema de la Reforma Agraria en la década del 60 del siglo pasado, fue algo así como la versión académica coetánea de la nueva ola musical que por esa época, con la balada impactaba la juventud, desplazando el reinado sentimental del tango, el bolero y la ranchera.

Ese aire refrescante en lo musical, llegó a Colombia con notable influencia de países latinoamericanos, en especial de Argentina (Leo Dan, Sandro, Leonardo Favio) México (César Costa, Enrique Guzmán) y Brasil (Roberto Carlos), para asumir a través de nuestros propios artistas una arraigada expresión nacional.

Sin tanta presión latinoamericana, -pero sí con similar impacto- el tema de la Reforma Agraria fue uno de los más cantados políticamente en el país también durante esos años en plazas públicas, recintos corporativos, universidades, y obvio, en el teatro mayor de la política colombiana: el Congreso de la República.


Lo interesante, por destacar, es que por estos días de nuevo esos mismos cantos vuelven a ocupar la atención de muchos compatriotas. Bien sea para despedir en su reciente viaje a la eternidad a Sandro y Leonardo Favio, o para observar que otra vez, -con más impacto que lo musical – el tema agrario, vuelve y juega como en esos añorados tiempos.


En lo agrario, la Revolución Cubana superó de un tajo la visión un poco idílica de reforma impulsada desde el liberalismo por López Pumarejo y Echandía, lo que obligó a un nuevo cantar liberal en búsqueda de acoplarse a ese ritmo, que al final resultó después de otra década en un fracaso orquestado por Lleras Restrepo como director de orquesta gubernamental.


Tanto la balada musical como agraria perdieron impacto como expresión de masas en las décadas siguientes.


Hoy por hoy, con los vocalistas de balada hechos ya unos tiernos abuelitos (Leo Dan, Harold, Ana y Jaime, y nuestra paisana Vicky, entre otros pocos) que mantienen encendida la débil llamita, resurge con fuerza la balada agraria, pero a diferencia de la musical, sin abuelitos de compañía (casi todos asesinados por la mano negra), sin liderazgos nuevos ( igualmente perseguidos por el paramilitarismo) y con un panorama agrario más sombrío, injusto, violento que el existente en la década de los sesenta del siglo pasado.


La balada agraria está siendo entonada en dúo en estos momentos, así sea como ilusoria tonadilla. El Gobierno nacional, por una parte, con la ley de victimas y la creación del grupo élite para la recuperación de un millón de hectáreas abandonas por familias desplazadas.


Y, la Mesa Nacional de Unidad Agraria, por la otra, que unifica al movimiento campesino con una sólida propuesta de Reforma Agraria. Puede ser el renacer de una esperanza, que ojalá, en Cuba por estos días, permita que más pronto que tarde, se unan en una nueva versión de balada nacional con un buen fondo musical de son cubano.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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