El Tolima mafioso

El Tolima, y obvio Ibagué, aún no están suficiente y públicamente diagnosticados como otras ciudades y regiones del país. Faltan muchos datos e informes, sobre todo para comprender aquí y ahora, en dónde estamos y para dónde vamos.

En el tema de violencia, por ejemplo, resulta necesario analizar los estudios y estadísticas sobre la región que hagan parte –y ojalá los tengan – del Informe de Memoria Histórica que calcula en 220 mil los colombianos muertos entre 1958 y 2012 dentro del sangriento conflicto que azota y enluta a Colombia. ¿Cuántos tolimenses y de cuales regiones del Departamento aparecen registrados en ese estudio?. Vale la pena consultarlo. 

El porcentaje debe ser preocupante. Por ahora sabemos datos del Norte del Tolima conocidos en audiencias penales que se adelantaron  –y adelantan– contra tenebrosos y despiadados personajes que actuaron en Honda, Mariquita, Fresno y zonas aledañas. Algo se supo también de horrorosos hechos en San Luis y Guamo. Pero nos falta, la visión completa e integral del asunto.

Ahora bien, tras la violencia criminal en la región –como en todo el país – venía el enriquecimiento económico –para no hablar de política electoral por ahora- de los capos, jefes, testaferros y actores medios de dichas empresas criminales. ¿Qué impacto económico produjo en el Tolima ese fenómeno de violencia?. En otras palabras, y para hablar sólo de tierra, ¿cuántas hectáreas están en manos de herederos directos, testaferros y agentes de los capos del narcotráfico y el paramilitarismo en el Tolima?. 

No se puede venir ahora con la tesis, por demás imbécil, de sostener que en el Tolima no existió el narcotráfico ni el paramilitarismo. Por lo menos Ramón Isaza, con sobrada autoridad criminal, ha aclarado bastante ese asunto en las pocas veces que ha cantado, con apretado do menor ante organismos judiciales. Muchos criminales más –vinculados con el Tolima- de cuello blanco, rojo, rosado y azul también han cantado en fa y en mi. Pero, y de la riqueza económica obtenida a través de esas criminales practicas: ¿Qué?.

Teniendo en cuenta que la criminalidad se expresa de acuerdo con las condiciones concretas, tanto económicas, sociales, culturales y políticas de las regiones: ¿Cuál podría ser la caracterización correcta para analizar el fenómeno de enriquecimiento ilícito en el Tolima?. 

Sin lugar a dudas, deberíamos incluir, al lado de los históricos aportes del narcotráfico y el paramilitarismo, una característica especial, -también histórica y reciente- para tener visión integral del problema: el peso real de las riquezas obtenidas a través de la corrupción política y administrativa. Por ahí, por esos lados, se juntan en forma sólida y duradera grandes capitales, con aportes de parte y parte. 

Para jugar en todos los escenarios, incluido claro está –lo mismo que antes- en el político y electoral, que a decir del tristemente celebre senador Juan Carlos Martínez, constituye inversión más rentable que lo invertido en el tráfico de cocaína y marihuana. Y, esa rentabilidad no sólo es posible en el Valle del Cauca. De seguro que no. Si por allá llueve…

Credito
Camilo A. González Pacheco

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