De castaño a claro

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Alrededor del nombre de Alfonso Palacio Rudas, un grupo de tolimenses ha demostrado en la práctica, la importancia de asumir proyectos regionales unidos compactamente tras objetivos precisos. Y, que el gran reto para un futuro mejor de nuestro Departamento está en lograr identidades estrategias de desarrollo regional, que nos permitan actuar –perdonen la expresión, por manida- como una sola familia.

Unidos se puede lograr la presencia regional del Estado, así en mayúscula, teniendo en cuenta su carácter centralista, en el manejo de recursos vitales para impulsar proyectos departamentales. Así lo hicieron los amigos del alma de Palacio Rudas, que lograron llevar al propio Presidente de la República y varios de sus ministros a Honda, -tierra natal del Cofrade- con inversiones contantes y sonantes en infraestructura y educación en memoria del hijo de aquel municipio. De la misma manera, se puede alcanzar la unidad de la clase política, desde abajo y desde adentro de la comunidad tolimense, en procura de rescatar nuestros símbolos de identidad regional, como lo realizaron los paisanos al poder sacar avante la Ley que rendía honores a Palacio. Dentro de poco –en los logros obtenidos - saldrán las publicaciones recogiendo su legado cultural. Y algo más importante, en este breve balance: se consigue rescatar parte de los iconos académicos y culturales que fortalecen nuestra evasiva identidad regional.

Pero, los compañeros de Palacio Rudas, el pasado miércoles metieron un verdadero gol olímpico en Bogotá: plantaron en pleno parque de la 93 un busto del Cofrade, y lograron que oficialmente dicho parque se llame de ahora en adelante Parque Palacio Rudas. Obvio, que el reto de dejar de llamarlo de la 93 por el nombre de nuestro ilustre coterráneo, es bastante difícil de conquistar culturalmente. Pero ahí está el busto, la placa y el reto. Ese evento, mostró también otra cualidad –poco existente en la región - de los organizadores: la capacidad de convocatoria. Presidieron el evento, los ex – Presidentes de la República, Belisario Betancur y Ernesto Samper, con un ameno e inolvidable coloquio informal sobre la vida y obra de Palacio Rudas.

Ahora bien, el desafío clave por ahora, está en divulgar la importancia del pensamiento económico y político de Palacio Rudas, que reafirma los ancestros históricos democráticos del Tolima: un tratadista en hacienda pública que desde siempre persistió en la urgencia de la inversión social para lograr mayor equidad en Colombia. Ministro de Hacienda que alcanzó durante su mandato una reducción histórica en el desempleo y en crecimiento de la economía nacional. Artífice de la Constitución de 1991, catalogado por varios integrantes de la Asamblea como el “mejor constituyente”. Abierto al diálogo, a la controversia, a la discusión apasionada pero civilizada. Buen ejemplo para las futuras generaciones tolimenses. Y extraordinario esfuerzo de nuestros paisanos en rescatar su legado, sobre todo del líder en esa gestión, Yesid Castaño, cuyo ejemplo de unificar el Tolima, ha traído esperanzas para un futuro más claro en avances regionales.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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