Carlos Gaviria y la izquierda integral

Camilo González Pacheco

Carlos Gaviria representa, sin lugar a dudas, la figura emblemática –históricamente hablando - más importante de la izquierda democrática en Colombia. Así sin tapujos, y de manera concreta: de la izquierda.

Y es clave resaltarlo, porque vivimos en un país donde existe –vivita y coleando- la derecha culta y democrática, pero también la extrema derecha guerrerista y asesina que ha enlutado y atrasado económica y políticamente a la Nación.

Precisamente esa derecha asesina obligó al exilio a Carlos Gaviria, decisión acertada que lo libró por un pelo de ser ultimado. Y, confrontando civilizadamente a la derecha logró romper la catastrófica marginalidad de la izquierda en el país demostrando que la alternativa social demócrata es válida y tiene opción de jugar y ganar electoralmente.

Por ello, ubicar a Carlos Gaviria, con el merecido pero incoloro título de Maestro, así a secas, no es del todo correcto, en cuanto su prédica vital de izquierda, supone una concepción de Estado y Sociedad a favor de las inmensas mayorías sociales, marginadas, desprotegidas y explotadas de Colombia, precisamente bajo la sombra conceptual de la derecha.

Si un Maestro puede ser llevado como estatua descolorida a cuanto santoral político existe, su legado popular y democrático se desvanece sin significado revolucionario en la historia patria. Puede terminar, como una foto más de gatito de sala inofensivo al lado de cualquier Lleras en una sede liberal. Por ello, precisemos para evitar confusiones históricas: Carlos Gaviria es un patrimonio de la izquierda democrática de Colombia, con todo el significado revolucionario y de cambio que ello significa.

En el terreno conceptual, Carlos Gaviria, se encuentra ubicado ya en la historia al lado y la altura de sus pares Antonio García, Gerardo Molina y Orlando Fals Borda, para citar los más destacados, conformando la vanguardia que sustentan seria y académicamente la viabilidad del socialismo como una forma avanzada de democracia en lo económico, social, político y cultural de desarrollo integral para la Nación.

Carlos Gaviria actualizó y consolidó ese avance, desde la cátedra, la magistratura en la Corte Constitucional y la plaza pública al darle contenido y expresión real en nuestro entorno y cotidianeidad al significado y proyección de la visión del Estado Social de Derecho, el más destacado avance político logrado por la izquierda democrática a lo largo de toda la historia colombiana y expresado en las proyecciones teleológicas de la Constitución de 1991.

Y su otro hito: romper la marginalidad electoral de la izquierda democrática en Colombia al lograr como candidato presidencial 2.6 millones de votos y un segundo lugar en dichas resultados electorales.

Carlos Gaviria rescató la esperanza de cambio democrático ahogada en sangre y terror por el paramilitarismo y la extrema derecha guerrerista, que asesinó en primavera a los candidatos presidenciales de la izquierda colombiana, Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro.

Y realizó está gesta desde abajo y desde dentro, en nombre y representación de la izquierda colombiana. Así de sencillo, pero también de trascendental.

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