Amando a Uribe y odiando a Iván

Camilo González Pacheco

El expresidente Álvaro Uribe plantea aumento extraordinario del salario mínimo y el Presidente Duque con su Ministro Carrasquilla, proponen impulsar una reforma tributaria para recaudar fondos estatales, gravando esencialmente a sectores populares. En este particular tema, entre otros muchos, Uribe aparece abanderando la defensa de los intereses de los más necesitados, y Duque como odioso alcabalero de los mismos. Pero los dos, actúan armónicamente en el impulso de los ejes principales de la política pública de Presidencia de la República.

Esa dicotomía en relación con la Reforma Tributaria es formal y no de fondo. Uribe y Duque hacen parte de una misma concepción de Estado y de crecimiento económico corporativista y neoliberal. Con esas tesis ganaron la Presidencia y están gobernando. La estrategia, no es gubernamental: es política y electoral, dirigida a copar tanto los espacios de gobierno, como los de la eventual franja de inconformidad en la opinión pública.

El debate político tributario de fondo, no es por lo tanto el que se adelante al interior del Centro Democrático, con Presidente a bordo, sino entre dicha organización partidista y sus aliados, frente a las fuerzas alternativas, que representan una visión distinta de Estado y desarrollo integral para la nación.

Duque y el Centro Democrático con sus aliados, en especial el Partido Conservador, buscan gravar cada vez a la clase media y los sectores populares, conforme se evidencia en la propuesta de Ley de Financiamiento. Ampliando el IVA a la canasta familiar. Sin tocar ni pellizcar tributariamente, como lo proponen los sectores alternativos la cerveza, bebidas azucaradas, terratenientes, sector financiero, ni los dividendos de los accionistas de empresas. Por allá es donde está el billete.

La estrategia tanto del Presidente en ejercicio, como del Presidente “eterno”, se centra en consolidarse cada vez más en el poder. De ahí su carácter de eterno, en especial según el peso etimológico del adjetivo, relacionado con la característica de durar mucho tiempo, ojalá sin fin. O sea, uribismo para buen rato, y en toda la geografía nacional. Incluyendo una Paloma en la Capital.

Así las cosas, en cualquier proyecto legislativo liderado por el Ejecutivo, los artículos o enunciados que favorezca la imagen de Uribe, se aprueban o niegan. En cuanto a la Ley de Financiamiento en trámite legislativo, lo aprobado o negado, al final favorecerá tanto a Uribe como a Duque. Por cuanto son una sola alma política, y un solo corazón, conceptualmente hablando. Como, por ejemplo y en otro plano distinto, lo fueron el más famoso criminal colombiano, y la bella Virginia Vallejo, que era para ella uno con el nombre y otro con el apellido. ¡Válgame Dios!

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