Todos a una

Camilo González Pacheco

Las objeciones a la Justicia Especial para la Paz se han convertido en un campo de batalla y en punto de honor - ¿deshonor?- de quienes se oponen a ella. Es lamentable, presenciar cómo los contradictores de esta jurisdicción, fundamento de paz y reconciliación entre los colombianos, es atacada con toda suerte de argumentos mendaces y ruines.

En efecto, las falsedades lanzadas al desgaire quieren presentar a la JEP, sus Magistrados y funcionarios, como un nido de hampones. Escudriñan aquí y allá, con nefasta intención, buscando encontrar argumentos para embestirla furiosamente.

El Fiscal se convirtió en funcionario que sin ninguna vergüenza, ha instrumentalizado la Fiscalía para hacer política. Más que un funcionario ecuánime e imparcial, rivaliza con Paloma Valencia, sudando la camiseta del uribismo. Con gran escándalo y vanidad propia de agente criollo 007, aseguró en el debate de las objeciones a la JEP, que se quería acabar la extradición, por la puerta de atrás, al permitir que se colaran narcotraficantes en esta jurisdicción. Por supuesto, esta mendacidad ya fue desmentida por juristas de la talla de Yesid Reyes, a quien le bastó, citar verazmente la ley y recordar las providencias de la Corte sobre el tema.

Y, ¿qué decir de la atrevida intervención del embajador de los Estados Unidos en Colombia?. Como virrey de época colonial, cita a sus súbditos, para exponer sus designios, en forma confidencial. Roto el secreto por el parlamentario Jairo Cárdenas, le cayó a éste, la furia imperial y lo descertificaron: le quitaron la visa.

También causa asombro el proceder de la DEA, que actúa como una entidad perteneciente a la Fiscalía. ¿O será al contrario?. La DEA, según conocedores del asunto, sólo está mostrando resultados, a partir de implementar la modalidad del entrampamiento. Con ese estilo, sigue trabajando con denuedo buscando que caigan otros despistados. La DEA también develó unos audios según los cuales se negociaban avales, sólo que a la fecha de los mismos, la JEP no existía, como lo denunció Cecilia Orozco.

Casos especiales, en este oscuro panorama lo constituyen, por una parte, el bachiller Macías, quien saltándose la subsidiaridad de la tutela interpone una acción temeraria e improcedente, tendiente a desconocer la decisión de la Cámara de Representantes en defensa de la JEP. Y Uribe, quien frente a los serios argumentos de Petro en este debate, solo acudió al destemplado grito de “sicario”. Y, al final, la tapa: Ricardo Ferro abriendo investigación exprés a Patricia Linares, sin tener atribución legal para ello.

No importa prevaricar, ni difamar, ni calumniar. Encabezados por el Centro Democrático, todos a una, van contra la JEP. Esa es la tenebrosa consigna de la iracunda derecha colombiana.

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