Imperativos éticos

Camilo González Pacheco

Matteo Salvini, el primer ministro de Italia, dispuso contra las ONG, que realizan labores de salvamento de inmigrantes africanos en el mar Mediterráneo, el pago de multas entre 10 y 50 mil euros. Igualmente, penalizará a los barcos que violen la prohibición de entrada, tránsito o estacionamiento en aguas italianas.

En caso de reincidencia se decomisará la embarcación. “Me niego a creer que vivimos en una Europa en la que por salvar vidas necesitadas tienes que ir a la cárcel”, dijo la capitana de una nave alemana, quien podrá enfrentar veinte años de prisión, solo por haber salvado a miles de migrantes de morir ahogados.

Recientemente Trump, extorsionó a México bajo amenaza de imposición de aranceles, para que éste, con su Guardia nacional, detenga y desincentive el cruce de migrantes centroamericanos; debiendo aceptar a los que ya hubiesen llegado a los Estados Unidos y que el gobierno de ese país regresará, en tanto tramitan su asilo.

Algunos Estados de los EE.UU., pretenden acabar con el fallo Roe vs. Wade de 1973 que convirtió el aborto en un derecho constitucional. Alabama lo prohibió en forma absoluta, contemplando una pena de noventa y nueve años de cárcel para el médico que lo practique. No importa la viabilidad de la criatura. Que presente malformaciones. Que la preñez sea producto de una violación. Que peligre la vida de la madre.

Estos grupos “provida” están tratando de llegar a la Corte, quien ya cuenta con mayoría conservadora, con el nombramiento de Brett Kavanaugh y la anuencia de Trump, quien ya prometió desfinanciar a importantes organizaciones para la atención de la mujer y la salud reproductiva.

En este retroceso, América Latina no se queda atrás. Según Amnistía Internacional, los Derechos Humanos también sufren un grave deterioro. La violencia, la impunidad, los límites a la libertad de expresión y la discriminación contra las minorías se intensificaron en la región.

Las agresiones y amenazas contra periodistas y defensores de Derechos Humanos, sigue en un aumento alarmante. La impunidad es la norma general en países como Salvador, Honduras, Brasil o Venezuela. Sigue aumentando la violencia contra los diversos sexualmente y los indígenas. La región es la que más alta tasa tiene en violencia contra la mujer.

En Colombia, el proceso de paz no ha derivado en una mayor protección de los derechos humanos y si bien es cierto que han bajado los homicidios en algunas regiones del país, en otras se han intensificado. Los pueblos indígenas, afros, comunidades campesinas, son quienes siguen sufriendo las mayores agresiones.

Los Derechos Humanos son planteamientos éticos, justificados en la dignidad humana. Es un imperativo moral defenderlos en todos los escenarios y a toda costa.

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