Salvar al gobierno de sí mismo

Guillermo Hinestrosa

“Sacrificar un mundo por pulir un verso”, dice el proverbio que alude a la vanidad de imponer el gusto propio al costo que sea. Pocas veces palpamos tan excéntrica necedad. El derrumbe de todo gran emprendimiento es usualmente lento, continuo e inquebrantable.
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Como aquel seductor que conquistó a esa chica cuyo defecto era su gran fortuna. Defecto que se propuso quitarle poco a poco. 

Los colombianos asistimos al sacrificio de un país por sacar adelante la inoportuna Reforma Tributaria. Carrasquilla desdeñó la bicoca de $12,7 billones ofrecida por la Andi para tapar el hueco fiscal. Los envió a freír espárragos, diciendo: “Su visión no coincide con la del Gobierno”. Sus compañeros del gabinete, deslumbrados, le hicieron venias al pequeño Luis XIV, pensando: l´Etat c´est lui” (el Estado es él). Luego filtró a los medios que gravarían café, sal y azúcar, para que el presidente lo desmintiera y con ese paliativo radicar el adefesio que hoy incendia al país. 

Cali en guerra, Bogotá, Medellín, Pereira, Manizales y Villavicencio sitiadas, decenas de municipios arrasados; los camioneros bloqueando las rutas nacionales, lumpen y bandas criminales saqueando almacenes y asesinando policías; Naciones Unidas denunciando excesos, mientras Carlos Camargo, el Defensor del Pueblo, descansaba en Anapoima de su reciente viaje oficial a Miami. Pese a ostentar más cartones que un tugurio y estar mejor preparado que cualquier otro yogur de la Nación, el Fiscal anunció que les imputaría cargos a 14 protestantes que según él, ya habían participado en actos vandálicos y ataques contra la fuerza pública, en las protestas del 2020. Dos días después el juzgado 33 de garantías declaró ilegales las capturas y le llamó la atención porque quedaron mal diligenciadas.

Arrogancia, incompetencia, despilfarro describen a burócratas que deberían dar ejemplo de empatía, austeridad y resultados. No está en peligro el gobierno sino el país. Su salud, empleo, infraestructura; su moral, su frágil democracia. Resistimos violencia y anarquía en medio de una pandemia que cobra 500 muertos diarios, 700 en un mes. Las inteligencias militares y de policía fallaron. Al gobierno lo sorprendió el libreto criminal conspirativo que vienen denunciando los militantes del Centro Democrático hace diez años, y del que pretendían librarnos.  

Abierta la Caja de Pandora, el dos de mayo Duque expone las pautas de lo que sería la nueva reforma, siguiendo la costumbre del suspendido programa “Prevención y acción”, donde anticipa siempre lo que dirán sus subalternos. Sabrá Dios qué va a pasar.  

Acertó con el nombramiento de Juan Manuel Restrepo en Hacienda. El debate hay que sacarlo del club de economistas que acaparan las puertas giratorias del poder. Momento oportuno para gravar sectores que han pasado de agache, como los latifundios ganaderos que arrasan selvas e impiden el desarrollo agrícola de Colombia. O las regalías del oro: 2,7% contra 12% de la sal. 

Señor presidente: pida consejo, escuche a la gente y salve la democracia. No se preocupe por acomodar a Carrasquilla en la CAF. A diferencia de sus arruinados conciudadanos, él, los neófitos ministros y jefes de organismos de control tendrán con qué aplicar la relajada fórmula atribuida a Imelda Marcos: “Ganemos o perdamos, nos iremos de compras después de las elecciones”.

GULLERMO HINESTROSA

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