Los diletantes

Guillermo Hinestrosa

Me encanta esta palabra y su significado. Denota curiosidad, inconformismo. Google dice que el diletante “cultiva algún campo del saber, o se interesa por él, como aficionado y no como profesional”. Sus sinónimos son: entendido, aficionado, admirador, amateur, entusiasta. 
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Todos lo somos en artes u oficios que amamos sin corresponder con la actividad escogida para ganarnos el pan. Poesía, música, astronomía, pintura, historia, jardinería acaparan nuestro tiempo libre y nos permiten pasar por expertos en reuniones sociales. Cuando por azar nos topamos con un verdadero especialista ponemos a prueba nuestro saber, no sin antes manifestar abiertamente el respeto que nos merece el “colega”.  

La simpatía rara vez es recíproca. Los consagrados detestan a los advenedizos. Resienten la banalización de profesiones que exigen rigor, estudios, prácticas que les han “quemado las pestañas”. Sin embargo, muchas veces el menosprecio es cubierto por un barniz de hipocresía, pues hay oficios mal pagos en los que el genio sucumbe a los halagos de la mediocridad. 

Los poetas, por ejemplo, no faltan a convites y tertulias convocados por sus amigas burguesas. Ágapes donde boinas, chaquiras y barbas tipo candado son consideradas sensuales, abundan licores y canapés con camarones, quesos y huevos de codorniz. El costo lo consideran soportable: exaltar el talento literario de las otoñales, calenturientas y pródigas mecenas.  Ligerezas que les están permitiendo a los principiantes desplazar a los consagrados. 

Yo que en España dejé sin palabras a Benhur cuando me entregó el título de mi parcela VIS en el Parnaso, contigua a la suya, estoy indignado con las desbordadas pretensiones literarias de Roy Barreras. Considero un insulto a la inteligencia de los vates que anuncie su retiro de la política para ponernos competencia por el premio Nobel de literatura. 

Médico cirujano de la Universidad Nacional, postgraduado en Sociología y Administración en la del Valle, especialista en Derecho Público, Derecho Internacional y Derechos Humanos en la del Rosario, nos cuenta ahora que es maestro en Literatura Hispanoamericana de la universidad de Barcelona. Perdónenme el oxímoron, pero es un maldito profesional del diletantismo.

Corroído por la envidia revisé su bibliografía y encontré estas perlas: 1. “El culo de Antanas”, penetrante ensayo anatómico -- político que llega a las entrañas del polémico exalcalde; 2. “La Tentación del rey Midas”, narración autobiográfica de un taxista sin SOAT, revivido milagrosamente por EPSs como Caprecom, Cafesalud y Saludcoop; 3. “Que la Paz sea contigo”, versos escritos en 2013, antes de una providencial (re) conversión. Ustedes juzgarán:  

“Perro guerrillero ¿qué haces allí en la mitad del bosque?/ Terrorista infiltrado, fiera salvaje./ ¿Estás seguro de que es ese tu mejor amigo?/ ¿No tienes otro?/ ¿Qué estás pensando con tu cabeza gacha?/ ¿Buscas refugio?/ ¿Quieres comida?/ ¿Alguien querrá adoptarte?/ ¿Darte un hogar?/ ¿Llevarte a casa?/ ¿Ofrecerte otra vida?/ No es fácil... podrías atacar, no te conocen, no tienes nombre. /De lejos podrías ser peligroso. /¿Es más fácil quererte que matarte?/ ¿Es más fácil matarte que quererte?” 

Y lo que nos faltaba: ¡un diletante de la profecía! 

 

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GUILLERMO HINESTROSA

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