Mariquita Reverdece

Guillermo Pérez Flórez

Ustedes podrán pensar que es amor. Y sí, es amor. Pero no solo eso. Es también el reconocimiento a una tierra ligada a nuestra historia regional como ninguna otra, pues como lo hemos dicho en varias oportunidades la provincia de Mariquita fue el Tolima antes del Tolima, una tierra que lograba conectarse con el mundo para hablar de ciencia, flora y fauna, que servía de referencia para el precio del oro y de la plata, y de la cual salían grandes hombres como Gaspar de Figueroa, José León Armero, Francisco Antonio Moreno y Escandón, o José María Samper, nacido en Honda, que en sus días de República fue su capital.
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A veces las cosas se olvidan. Por fortuna a veces también hay quienes se encargan de recordarlas. El 31 de enero pasado, el maestro Nelson Osorio, pronunció una conferencia magistral en la casona colonial de la Segunda Expedición Botánica en San Sebastián de Mariquita, titulada: “Mutis y Linneo, o el sueño de una Suecia tropical”. En ella recordó cómo desde ese mismo lugar, José Celestino Mutis estableció un fecundo diálogo epistolar con Upsala y Sevilla, para compartirles ese fascinante y cinematográfico proceso científico en el que estaba inmerso, descubriendo una naturaleza exótica e innombrada.  Gracias Nelson, tus palabras aún reverberan entre las paredes tristes de la casa y los corazones mudos de quienes te escuchamos.

El pasado viernes 28 de agosto, mi pueblo cumplió 469 años. Y uno podría pensar que se ha hecho mayor, lo que veo y siento desde hace muchos años, sin embargo, es que se ha hecho menor. Mayor era en los tiempos en los cuales era admirado y visitado por sus variadas riquezas. Mayor era cuando los caldenses llevaron hasta ella un cable aéreo de 72 kilómetros buscando afanosamente el Magdalena, para darle una salida al mar a su café. Mayor era cuando los ingleses hicieron de Ambalema un productor mundial de tabaco, mayor era cuando se podía viajar en ferrocarril desde Ibagué hasta la Costa Atlántica. Eso sí era mayor.

En el propósito de que vuelva a ser mayor, un puñado de nostálgicos y soñadores, desde hace ya tres años, anticipándonos a la virtualidad que se nos vino encima, constituimos un grupo que denominamos, ‘Mariquita Reverdece’, con el propósito de rescatar el pasado, en espera de poder volver a mirarle los ojos al futuro. Así, a pesar de la distancia física, pues cada quien habita sitios diferentes dentro y fuera del país, comenzamos a encontrarnos en su historia y a reconocernos en las maravillas de una tierra pródiga. Entonces, tomaron la palabra los biólogos y los botánicos, y comenzaron a hablarnos de pasifloras, de aristolochias, de centronias y de hexandrias, y a redescubrir un mágico jardín que permanece oculto por el velo de la ignorancia a pesar de estar a la vista de nuestros ojos en las calles y antejardines. Uno de sus miembros murió hace unos días, William Cáceres. Se fue dejándonos un sueño apenas iniciado: pintar todos los postes del alumbrado con imágenes alusivas a la Real Expedición Botánica. William, si te encuentras con Mutis, cuéntale que seguiremos dando la batalla. Guíñale un ojo, y dile que Mariquita reverdece. Él entenderá.

GUILLERMO PÉREZ FLÓREZ

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