Cultura en extinción

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Ahora, en tiempos de pandemia vemos muy afanados a los gobernantes de turno, por darles gusto a banqueros, dueños de aseguradoras, de empresas de aviación, de fondos de pensiones, petroleras, mineras, constructoras etc, para que rápidamente se restablezcan las condiciones que les permita seguir enriqueciéndose.
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Pero ningún afán les corre al ver a nuestras poblaciones indígenas que poco a poco se extinguen ante la mirada indolente de todos. El Covid 19 las amenaza en sus territorios del Amazonas, donde no hay agua potable, ni jabón y mucho menos tapabocas. Allí no hay información sobre la enfermedad ni cómo se previene. No hay conectividad. Están abandonados a su suerte.

Este abandono que no es solo de los indígenas del Amazonas también se presenta en otras comunidades ancestrales, amenazadas por proyectos mineros, viales, ganaderos, de talas de árboles, etc, que impactan sus territorios y su cultura. Y como la pandemia que padecemos tiene que servir para algo, los dueños del poder y del dinero, se han inventado, que las consultas previas con las comunidades para la aprobación  o rechazo de estos proyectos, se hará en forma virtual. ¿Cómo?, ¿Con quién? Ellos sí saben aprovechar el papayaso!!!

Hay que ver también cómo nuestras comunidades ancestrales del Cauca, de Antioquia y de la Costa Norte han padecido, sin cuento, todos los rigores del conflicto armado, invadidas y expoliadas en sus territorios por los diferentes actores armados; las fuerzas del orden las han hecho blanco de  sus operaciones, los narcotraficantes y delincuentes de todos los pelambres han propiciado su desplazamiento y por eso hoy es común encontrar en nuestras ciudades cientos de indígenas, deambulando en busca de un pedazo de pan, con niños desnutridos y con la tristeza dibujada en sus caras. Conmovedor el episodio de esta semana en Bogotá, cuando se refugiaron muchos indígenas, muertos en vida, en unos apartamentos en construcción de donde lógicamente, fueron rápidamente desalojados.

Los indígenas, nuestros antepasados, tampoco han escapado a la muerte sistemática de líderes comunales, defensores de derechos humanos, desmovilizados del proceso de paz, que se ha impuesto desde que Duque llegó a poder.

Todos estos años de la llamada república, no nos han permitido superar los patronos históricos de discriminación de las etnias indígenas y hoy más que nunca se cierne una grave amenaza de desaparición de sus territorios, sus costumbres y percepción sobre la vida, la naturaleza y en términos amplios de su cosmovisión. No hemos sabido aprender y asimilar su sabiduría, por ejemplo, en temas ambientales.

Ñapa 1. Están invitando a una fiesta la Berraca, con la actuación de veedores ciudadanos, para destapar las carpetas de los que se dicen “Inteligentes” al mando de Nicasio. Revelarán la verdad sobre los contratos de Odebrecht. Animará Cianurito Martínez.

Ñapa 2. El primer puesto en manejo con pulcritud de los recursos públicos lo tiene el Valle de San Juan, con alcalde condenado, ex alcalde encanado y cacique del pueblo huyendo.

Ñapa 3. Está circulando el cuento de la cerrada del Congreso por prevención, dizque porque el virus lo regó un animal y el parlamento parece una pesebrera. De eso informó un periodista incluido en una carpeta sobre la cual reposaban las de pensar de un general impoluto que arma y desarma cuentos.

No son necesarias las peroratas de Holmes Trujillo y las parlamentarias que nos avergüenzan. Lo que se necesita es la unión de los colombianos para salvar la patria.

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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