Ni’an se sabe

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Arranca el 2021 lleno de esperanzas e ilusiones. Que se ponga fin al Covid-19, que la ciudadanía colabore con las medidas de bioseguridad y que las autoridades sean estrictas con quienes incumplen las medidas de control; que las vacunas se apliquen masiva y rápidamente. Que quienes tienen poder dejen de politiquear con el Acuerdo de Paz. Esperanzas, sueños e ilusiones que todos tenemos en un país empantanado por el poder del narcotráfico, principal soporte de la nueva insurgencia y de la corrupción ya institucionalizada a todos los niveles.
PUBLICIDAD

Esta podría ser la primera pata para arreglar el cojo. No la única. Ya vimos los resultados de la inteligencia y de las operaciones militares cuando las estrategias y las tácticas dejan a un lado a los politiqueros. Obligaron a las Farc a sentarse a negociar. Nadie puede negar ese aporte al país, así después hayan aparecido los que quieren volver trizas los acuerdos, porque necesitan de la violencia para sostener su electorado y aumentar su fortuna.

Que se puede, se puede. Y se tiene con qué. Mejor que pagar millonadas por alharacas sin sentido, sería establecer prioridades y asignar funciones a equipos especializados, equiparlos, dotarlos bien e informar, con la verdad, sobre sus logros y buscar el respaldo de la ciudadanía, sin meterle politiquería a los resultados.

¿Quiénes responden por acabar con la minería ilegal, por ejemplo? Un potro que nadie ha intentado domesticar, para no mortificar a los de siempre. Dónde están los equipos para proteger la naturaleza? La idea del gobierno es acabar con la gente comprometida como ocurrió con el despido de Julia Miranda de Parques Naturales.

Si las corporaciones regionales caminan tan mal como lo hizo Cortolima, nos va a tocar sentarnos a esperar que los damnificados por la gestión de Cardosito terminen la vaca que están haciendo para pagar los monumentos que le tienen por los lados de los ríos Luisa, Totare y los cerros de Ibagué.

Las vías de comunicación para el campo son necesarias para mejorar la producción agrícola y el abastecimiento de alimentos a las ciudades. Estas con las escuelas bien equipadas, mejorarían la vida de los campesinos.

Queremos justicia, pero no al estilo de la del cartel de la toga. Necesitamos profesionales bien formados y equipados, que sean ejemplos de ética. Ojalá este año 2021, tanto gobierno como congreso, dejaran de proponer y tramitar leyes para favorecer sus propios intereses y los de los más poderosos y se acuerden de cuantas necesidades tienen los colombianos más pobres.

Ñapa: “Que en el nuevo año caigan las mentiras y los miedos y pongamos en marcha, desde la verdad, un futuro de esperanza, reconciliación y fraternidad”. Francisco De Roux – Presidente de la Comisión de la Verdad.

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

Comentarios