Merlano también hace mandado

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Estas dos últimas semanas han sido de no creer. Primero Ingrid dinamitó la coalición centro esperanza y cuando se creía que las agitadas aguas recobraban su cauce, apareció Merlano con una carga de mayor profundidad. Es indudable que sus revelaciones de corrupción de Alejando Char y familia están teñidas de oportunismo político y que no es difícil adivinar a quienes favorecen, pero tienen el valor de mostrar en su real dimensión lo que es la corrupción en Colombia.
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Sus declaraciones en entrevista a la revista Cambio, desnudan el entramado de  una organización criminal que tiene sus pilares en las familias Gerlein, Char y otros gamonales de la región Caribe, que han creado un estado de cosas donde todo está diseñado para hacerle fraude a la democracia. Allí las elecciones son una farsa. Los votos se compran y se venden como cualquier mercancía y se pagan con los dineros del erario, por la vía de las coimas que pagan los contratistas, seleccionados también de forma fraudulenta. Los cargos públicos también se compran y se venden

En esa empresa, que tiene hasta su propia “casa blanca”, todo está perfectamente sincronizado. Es un gana gana para los que resultan elegidos parlamentarios, alcaldes, gobernadores y su periferia, quienes hoy aspiran a imponer como presidente de Colombia al señor Alex Char. Y a decir verdad, el candidato estaba haciendo la tarea, con un discurso populista, sin cometer errores y poco a poco iba creciendo en las encuestas, al punto que en los mentideros políticos se especulaba que era el único que desde la derecha podía hacerle frente al beato Petro. Hoy su candidatura parece herida de muerte y no les falta razón a quienes le piden que renuncie. Amanecerá y veremos. Nada es claro. Lo único que no admite discusión es la corrupción hasta los tuétanos de la clase política, pero también es claro y doloroso ver todo lo que han permitido y siguen permitiendo los electores.

.-* A propósito del mismo tema, me contaba un amigo que en una reciente manifestación de Char vio a un  seguidor del gamonal con la boca abierta, mirando para ninguna parte y aparentando escuchar atentamente el discurso. Y otro asistente dijo: ¿que está haciendo aquí pendejo? Aquí matando el tiempo respondió, viendo a un montón de estúpidos que como yo no tienen  nada que hacer. Siempre hablan de lo mismo. Nada de pensar con la cabeza. Todos se untan de lo mismo y huelen a lo mismo. Claro que de vez en cuando salen con humor negro. El primero que habló solo se ocupó de la honestidad y el honor que significaba para Barranquilla, la presidencia en manos de un Char. Las carcajadas rompieron el silencio y comenzaron a hacer cola para recibir las empanadas que les tenían de almuerzo y enseguida todos fueron desfilando lentamente hacia el parque, para el otro evento político organizado por la mujer del alcalde, para respaldar a Char.

Y los amigos continuaron así su charla: Normal  la vaina que estamos viendo, dijo uno de ellos, cuando ahora  se promete acabar con la corrupción premiando a los que roben al Estado, con cargos de control y cucharas diplomáticas, al estilo Luis Camilo Osorio, fiscal de los paracos. La parranda es total, complementó el otro, y como parranderos que somos nos vamos acostumbrando con o sin covid-19. 

.-* Qué pasó con los miles de millones de pesos que se evaporaron del presupuesto de Purificación? Y los perdidos  en los escenarios deportivos  y en los acueductos rurales?

Héctor Manuel Galeano Arbeláez.

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