Tarde de títeres

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Por el megáfono del tinterillo se anuncia la grandiosa manifestación de lo más granado de Los Honestos. Se llenó la plazuela de afiches, pancartas de los aspirantes y entró de inmediato el propio que se subió sobre la mesa del carnicero, acondicionada como tarima.
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Vamos a escuchar al mejor político de la región y esperanza de este pueblo, que no ha servido sino para que las autoridades se roben su presupuesto, de la mejor manera, a nombre de los que venden democracia a punta de miedo.

Gracias al señor alcalde y al comandante del puesto militar por la ayuda para el éxito de esta manifestación, dijo el político entarimado, que es el abrebocas de la barrida que le vamos a pegar a los incrédulos. 

Vamos a triunfar sin necesidad de repartir plomo como lo hacían nuestros antepasados- <Lo que hacían sus abuelos. Esto no es nuevo> Nos vemos el día de elecciones para celebrar el triunfo, mil gracias por su apoyo. <Nos trajeron a la brava hijueputas>, se oía comentar a los asistentes.

Desocupada y en silencio la plazuela, comenzó la gritería de los que esperaban los muñecos de los titiriteros, formados por los de la Libélula Dorada. En una esquina del teatrino apareció el viejo regañón, que con la mirada acababa una parranda y antes que los muñecos comenzaran su función, señaló: Me guardan silencio como cuando escucharon y aplaudieron a esos corruptos que se acaban de ir y que les repartieron mierda bajita de sal.

¿Qué puede ofrecer un corrupto en campaña? Más de lo que tenemos. Si miran el Tolima solo pueden confirmar sin llorar que estamos de verdad muy mal de líderes que encarnen la visión de cambio que a gritos reclama este país. No hay espacio en las campañas políticas para las nuevas ideas. Solo hay afán de poder y en esa lógica hasta con el diablo hacen alianzas. Las ideas y el pasado de los políticos no importan.

Aquí, continuó el viejo, los liberales que se proclaman como los prohombres defensores de la democracia y herederos de los que en el pasado de verdad lo fueron, se vieron en la necesidad de recurrir a dos foráneos, que de liberales solo tiene la etiqueta, para cuadrar sus cargas: para el senado Luis Correa y para la cámara Olga González, la antioqueña de los juegos de azar. Les faltó la representación de los vendedores de aguardiente. Por ese lado es lo que tenemos y muchos pendejos mirando para el piso. Y de inmediato se dio inicio a la presentación de los títeres.

.-* “Necesitamos líderes que no estén enamorados del dinero, sino de la justicia, que no estén enamorados de la publicidad sino de la humanidad”. Martin Luther King.

 

.-* Esta vez voy a votar por Gerardo Yepes Caro, a la Cámara. Mi paisano de Santa Isabel, un hombre humilde, amante de su tierra, honesto y con vocación de servicio.

Héctor Manuel Galeano Arbeláez.

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