¿Qué nos espera?

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Ya está probado hasta la saciedad que la política no funciona en Colombia ni en la mayoría de los países Latinoamericanos porque está desenfocada de los problemas de la gente; los políticos se dedican a solucionar los propios problemas de la política, pero no los problemas de la gente. Están desconectados del pueblo y consideran que basta con la improvisación para ser buenos gobernantes.
PUBLICIDAD

Creen que tener un título universitario, o haber desempeñado un cargo público, los habilita para tomar las riendas de un país, ignorando que desde hace bastante tiempo hay ciencias y técnicas de gobierno que ellos no están interesados en aprender.

Los partidos políticos, y eso es absolutamente claro en nuestro país, son clubes electorales, carecen de centros de formación de dirigentes que se dediquen alejados de la politiquería a pensar los problemas del país y sus soluciones y aquí no hay quien le cobre a un político su bajo desempeño o mal desempeño en el ejercicio de la función y ello da lugar a la mediocridad, a la falta de ética y a la corrupción. Esas, a grandes rasgos son las conclusiones a que llegó el chileno Carlos Matus y que nos llevan a reflexionar sobre lo que nos espera si seguimos siendo pasivos frente al futuro limitándonos a votar.

.-*Las ceibas tienen gran importancia en Latinoamericana desde mucho antes de la llegada de los españoles. Están impresas en la cosmogonía indígena y son el ícono de muchos de nuestros municipios. Ese enorme árbol siempre se ha considerado como lugar de encuentro y así se conserva hasta hoy.

La ceiba es importante para el equilibrio del ecosistema. Durante época seca florece y produce néctar, manjar para animales en particular para murciélagos que ayudan a la polinización de las flores. Esta especie es considerada un árbol sagrado que sostiene el universo y mientras en Valledupar se han propuesto conservar las ceibas de la glorieta del mismo nombre y otro tanto ha hecho la CVC del Valle en Buga, en Purificación ocurre todo lo contrario; el señor alcalde está empeñado en acabar con ellas. Y claro, previo un contrato, quiere tumbar las ceibas que adornan el parque principal, en cambio de adoptar medidas para su recuperación y conservación, desconociendo, además que estos árboles  son patrimonio de los diferentes entes territoriales donde están ubicadas y que la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Agrosavia, trabaja en la protección  de cinco especies maderables en peligro de extinción, entre ellas La Ceiba y, además, que  estos árboles cumplen un rol fundamental como es la captura y fijación del carbono y la protección de la biodiversidad.


.-*Excelente la crónica de Cofradía  sobre “El fallido concierto que no hizo vibrar a Ibagué”.

Héctor Galeano Arbeláez

Comentarios