Con la misma música

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Nos siguen ocultando la verdad sobre los únicos responsables de los orígenes de la violencia en el Tolima y el país y lógicamente de quienes se han beneficiado con el conflicto. Muchas averiguaciones sobre los campesinos que trataron de defenderse y poca investigación sobre la utilización de los militares por los diferentes gobiernos para masacrar sin piedad a quienes calificaban como diferentes o comunistas.
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Solté lagrimas escuchando sobre la forma como masacraron a los habitantes de Villarrica, hasta niños y ancianos. Aterrador saber lo que se hizo con los miles de  niños de la región, quienes fueron votados en orfanatos de Bogotá, Fusagasugá, Ambalema y municipios vecinos.

Nos pueden ocultar verdad pero jamás los recuerdos de las víctimas que siguen defendiendo su tierra, tan abandonadas por los politiqueros que solo los utilizan para favorecer sus actuaciones corruptas.

La vaina es que creen que comemos carreta con su oposición al proyecto de paz. La paz los pondría a trabajar honestamente  y a desaparecer de la vida política.

Les comparto el escrito “Teoría de una sociedad decadente”, hecho por Juan José Galeano Torres de 11 años, alumno de Colegio Tolimense, en el grupo Nuestra Tierra. 

“Teoría de una sociedad decadente”

Una vez en un mundo más bizarro, más corrompido por el hombre, una peor versión del ser humano o tal vez una probabilidad futura para el mundo regido por el hombre, un mundo vacío donde los únicos sentimientos son ira, gula pero sobretodo avaricia, los pocos hombres que se preocupaban por algo más que no fuera ellos mismos, mueren o viven tristes. Entre ellos un triste y  pobre hombre solo y desamparado por todo y todos no tenía nada y entre su ira y tristeza se da cuenta  de que si no tenía nada ya no había nada que perder, y harto de que la sociedad fuera la regla que mide lo correcto. Quién decide lo bueno o lo malo, pero el hombre no era un héroe ni mucho menos un ejemplo a seguir. Nadie lo era en este mundo de una sociedad decadente, pero no era así porque lo quisiera  ni porque le gustara, sino porque así lo querían los poderosos, los ricos y los privilegiados, porque la tristeza de alguien era la alegría  de otro en este mundo. Solo por ser poderosos decidían el futuro de todos los que estaban por debajo de ellos, pero nuestro protagonista no era alguien que deseara cambiar el mundo y hacer que todos fueran felices, solo quería tener la mejor vida que pudiera tener, y la mejor forma era siendo uno de estos ricos que pasaban por encima de todo y de todos, y por esa mentalidad logró ser uno de ellos tras años de trabajo, pensando cada segundo si quería seguir viviendo, pero después de todo piensa que si ya lo tiene todo, qué sentido tiene su vida si lo único que lo mantenía con deseos de vivir era poder ser rico y poderoso, así que decide también ser un monstruo igual que los que hicieron que su vida fuera un castigo, haciendo un bucle sin fin, creando la teoría de la sociedad decadente”.

 

HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

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