Un colombiano en Miami

Hermógenes Nagles

Los grandes periódicos de Miami, Nueva York, Londres, la India y los de Colombia, comenzando por El Tiempo y El Espectador, sufren y están a punto de vivir las mismas transformaciones y las mismas crisis de los diarios de las pequeñas urbes como es el caso de El Nuevo Día, nuestra muy querida casa editorial de Ibagué y de todos los tolimenses.
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La vida, sin darnos cuenta, fue pasando de lo físico a lo virtual.  Y que conste que esto no ocurrió por obra y gracia del Coronavirus. La lenta desaparición de los periódicos en hojas grandes de papel periódico o en tabloides, en el que solían imprimirse los grandes y pequeños newspaper o medios noticiosos, se dio de un momento a otro cuando en el mundo se puso de moda leerlo todo y verlo primero por internet. Esta transición no significa, tampoco, el fin de los periódicos. Es la resultante del salto de la humanidad a la virtualidad.

Por eso hoy desde cuando amanece hasta cuando llega la hora de dormir el día a día, el minuto a minuto de nuestra vida, pasa primero por nuestros ojos, por arte de magia, vía internet. Despertamos con un mensaje de WhatsApp en nuestro aparato celular. Leemos las noticias del temblor de anoche por la Tablet y el computador.

Nos dormimos escuchando la última canción de Carlos Vives o de Shakira, tarareando sus pegajosos estribillos con los audífonos puestos en la oreja, conectados al celular. Mañana a primera hora escogeremos la casa o el apartamento de nuestros sueños dándonos un paseo virtual por el sitio web de la compañía de finca raíz de la ciudad. Nuestros hijos ya no volverán al colegio o a la universidad porque desde estos tiempos de pandemia se acostumbraron a recibir cómodamente sus clases online, sin tener que montarse a un bus, sin exponerse a que los atraquen en la esquina de la casa de la calle diez.

Trabajamos todo el día conferenciando por Zoom y Skype. Anita, mi mujer chismoseo una hora, entera, antes de dormirse con su prima Vickita, riéndose de lo lindo por Facebook live. Anoche mismo hicimos un brindis y le partimos la torta de cumpleaños a mi hija Katy que vive en Miami. Al final hicimos todos un selfie y subimos las fotos a Instagram y así amigos y desconocidos se enteraron que fuimos felices y que la familia estuvo de cumpleaños. El pasaje de mi próximo viaje a Bogotá lo compraré vía Avianca y me llegará, segundos después, luego de pagarlo con la tarjeta de crédito por banca móvil, sin gastar tiempo, sin someternos a filas o esperas de media hora o de minutos en una oficina de viajes. A Avianca tampoco le costará un centavo mandarme el pasabordo en tiquete electrónico.              

El mundo cambió, los hábitos cambiaron. se transformaron, los periódicos se convirtieron en bellas páginas animadas y tituladas en medio de toda esa barahúnda y de toda esa gama virtual. Solo basta hacer clic en www.elnuevodia.com.co y uno queda informado de lo que está pasando en la Gobernación o la Alcaldía de Ibagué, de la última vaciada de James Rodríguez a Zidane, el técnico del Real Madrid o de la pelea de alquilar balcón entre Claudia López y el presidente Duque, de la última arremetida verbal del exfiscal Montealegre contra el expresidente Matarife o Mataruribe. En fin, esa película del mundo político parroquial, nacional e internacional pasó a la web.

Ese chismorreo audiovisual de Ibagué, Colombia, Miami, Nueva Delhi, Londres Miami o París sigue y seguirá protagonizándose vía internet. Esa, a grosso modo es la crisis de los llamados periódicos o tabloides de noticias, a la que no pudo escapar El Nuevo Día. No será el fin, ni la desaparición de esta gran empresa periodística. Es el inicio y la transformación de este importante medio.

Es su reubicación en el mundo virtual. El salto tecnológico de El Nuevo Día se viene cumpliendo desde hace muchos meses y continúa adelante a la par de  los grandes periódicos del mundo. Esta tarea de su modernización la viene haciendo muy bien “El Nuevo Día”, asumiendo el proceso de transformación con gran rigor y acierto.

De esta primera etapa ya nos entregaron un primer premio: la donación que hiciera Google News a Aguas Claras, nuestra casa editorial, un reconocimiento conquistado en un concurso de periódicos regionales y virtuales. El premio fue una importante cifra en dólares merced a las interesantes páginas de su edición virtual www.elnuevodia.com.co

Así que la nueva vida que se proponen iniciar ahora por la red los directivos de este prestigioso periódico local y nacional ya está en marcha. Solo falta que ustedes, los 70 mil lectores nos apoyen decididamente, leyendo nuestras páginas diarias y convirtiendo en potenciales lectores a sus hijos, familias, amigos y paisanos. Pasando la voz que El Nuevo Día es hoy un periódico de reconocimiento internacional, digno de leer en las plataformas cibernéticas, al lado de las webs virtuales de New York Times, Financial Times, Washington Post, El Tiempo o revista Semana.           

HERMÓGENES NAGLES

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