Un colombiano en Miami

Hermógenes Nagles

Si a mí, Hermogenes Nagles, un encuestador del Centro Nacional de Consultoría o de cualquier otra compañía que se dedique por puro objetivo mercantilista a hacer bulla publicitaria (todas) a los personajes de la política y a los gobiernos de turno me preguntara si me parece acertado el manejo de la Pandemia por parte del presidente Duque, sin pensarlo dos veces diría que NO. Agregaría como explicación de mi respuesta que como todo en su sanedrín es improvisación, guacherna y palos de ciego, en este primer año de Coronavirus en Colombia no ha habido un programa de control preventivo de la Pandemia.
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Empezando porque no se ha visto a un Anthony Fauci o a un Manuel Elkin Patarroyo dirigiendo una política integral de emergencia en salud en materia inmunológica y por consiguiente se ha adolecido de una estrategia científica de control y seguimiento al virus Covid 19. No ha habido investigación, análisis, mapeo, ni erradicación de los focos de infección, tampoco se está al tanto de la efectividad de los exámenes de PCR por vía nasal ni se ha masificado como labor preventiva la toma de muestras de antígenos y anticuerpos. Al contrario, este direccionamiento ha estado coordinado por el mismo presidente Duque un novel político quien vio en esta hora de drama y de confusión social la mejor oportunidad para hacer uribismo triple A y protagonizar un show de televisión que raya en el narcisismo semejante al de su rival y vecino político, el dictador Maduro de Venezuela. 

Para empezar, a esos macondianos episodios fue primera conferencista invitada la Señora vicepresidenta, Martha Lucia Ramírez quien es tan errática y tan desentendida de la realidad colombiana que en los actos públicos el subconsciente la traiciona llamando presidente Uribe a su jefe Duque. Gracias a Dios pronto alguien le dice que no frente de la tarima y entonces rectifica: perdón Presidente Duque. La prueba reina de la desatinada acción gubernamental lo constituye el hecho irrefutable de que Colombia no haya descendido un solo puesto en el tablero o ranking de países de mayor alto número de muertos e infectados después de Brasil (6.7 millones de personas infectadas, Argentina (1,4 millones), México (1, 217 millones) Colombia, (1.399.911).

Echando un vistazo a las anteriores estadísticas nadie entiende por qué un país tan pequeño en extensión geográfica, casi igual, al Estado de la Florida presente una población enferma tan alta en guarismos, por encima de la misma Venezuela, Ecuador y Perú. Veamos un comparativo: Florida: víctimas mortales por causa del coronavirus: 20.473. Colombia víctimas mortales: 40.268

Sea la razón que fuere, el virus del Coronavirus está matando más gente diariamente que el mismo fenómeno de la violencia, cosa que no se había visto nunca, ni en los tiempos de guerra partidista de los años 40- 50 o en los tiempos de la guerra del narcoterrorismo desatado por Pablo Escobar en la década de los ochenta. Esta dura realidad numérica de infectados y muertos por coronavirus evidencia que en nuestro país no ha habido una política de sanidad pública acertada frente a la emergencia.

En Colombia está haciendo mucha falta un centro de control y prevención de enfermedades dirigido por un Fauci o un Patarroyo, que señale al gobierno planes y programas sanitarios estrictos con conocimiento científico inmunológico, con acciones ambiciosas de detección, vacunación y tratamiento del virus.

A propósito de defunciones por efecto del coronavirus, un hermano me hizo llegar ayer este obituario desde Ibagué: “Hermito, ayúdame por favor a publicar en El Nuevo Dia esta triste noticia: los miembros de la asociación tolimense de policía en retiro Atolpore, lamentamos la muerte de nuestro presidente y fundador Augusto Romero Ayala, una víctima más del Coronavirus en Colombia, un hombre que dedicó su vida al servicio social, especialmente a los pensionados de uso de buen retiro de la Policía Nacional.. Su objetivo en vida fue servir donde fuera, a la hora que fuera y a quien fuera. Esa característica solamente la tienen los grandes líderes sociales. En Atolpore lloramos su muerte”. Nicolás Nagles.

Como sé que el presidente Duque es un gran admirador de Trump ojalá que en el 2022 no se le vaya a dar por repetir su locura de someter su nombre a una reelección pues como buen discípulo del gigantón norteamericano, este también será derrotado sin pena ni gloria pues la gente en Colombia o los Estados Unidos cualquier cosa le perdona a su presidente menos que le falte en cuestiones de salud pública.

 

 

HERMÓGENES NAGLES

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